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darwin 2009

2009. Año Darwin

  1. Macroevolución. Juan Carlos Braga y Pascual Rivas
  2. Pautas y procesos de evolución en el linaje humano. Antonio Rosas
  3. Historia evolutiva temprana de las aves. José L. Sanz
  4. La diversificación de las algas rojas inarticuladas (Corallinales, Rhodophyta). Julio Aguirre, Juan C. Braga y Robert Riding
  1. Traducción de los términos ingleses utilizados en Etología, Ecología y Evolución. Manuel Soler et al.
  2. La evolución y la biología evolutiva. Manuel Soler
  3. Historia de las teorías evolutivas. Juan Moreno
  4. Interés del estudio de la evolución. Juan Pedro M. Camacho
  5. Evidencias a favor de la evolución. Carmen Zamora-Muñoz
  6. ¿A qué nivel actúa la selección natural? Manuel Soler
  7. Selección natural y adaptación. Juan José Soler
  8. Selección sexual. Manuel Martín-Vivaldi y Josefa Cabrero
  9. Selección sexual versus selección natural: el ejemplo de la cola de la golondrina. José Javier Cuervo
  10. Selección dependiente de la frecuencia. Miguel A. Rodríguez-Gironés y Rodrigo A. Vásquez
  11. Adaptación, Selección Natural y la falacia de "la supervivencia de la especie. Adolfo Cordero Rivera
  1. Wallace desde Sarawak. M. Delibes de Castro
  2. Los secretos de la vida: De la sopa primitiva al gazpacho andaluz. J.C. Izpisúa Belmonte, D. Rasskin, A. Raya. Entrevista a J. L. Sanz
    1. Consideraciones evolutivas en la gestión de especies cinegéticas. Juan Carranza y Juan Gabriel Martínez
    2. Tratamiento de las enfermedades y evolución. Juan José Soler
    3. La evolución y la conservación de la biodiversidad. Juan Gabriel Martínez
    1. Fundamentos de genética de poblaciones Josefa Cabrero y Juan Pedro M. Camacho
    2. Genética cuantitativa aplicada a los estudios evolutivos en poblaciones naturales Mauro Santos
    3. La mutación espontánea: causa de deterioro y fuente de adaptabilidad de las poblaciones A. García-Dorado, A.Caballero y C. López-Fanjul
    4. Evolución en poblaciones experimentales de virus de RNA Santiago F. Elena
    5. Evolución de cromosomas parásitos Juan Pedro M. Camacho
    1. Origen y evolución de los ejes corporales y la simetría bilateral en animales. Jaume Baguñà, Iñaki Ruiz-Trillo, Jordi Paps y Marta Riutort
      1. La evolución de estrategias vitales. Juan Moreno Klemming
      2. La evolución del sexo. Juan Carranza Almansa
      3. Coevolución. Manuel Soler
      4. Evolución de los sistemas de apareamiento. Juan José Sanz
      5. Evolucion de la interacción parásito-hospedador. Santiago Merino
      6. La Ecología y la Evolución (o la evolución de la Ecología): "Spain is different". Adolfo Cordero Rivera
      7. Trends in the evolution of ecology: "Spain is different". Adolfo Cordero Rivera
      8. Generalización en las interacciones entre plantas y polinizadores. José M. Gómez
      1. La evolución del cuidado parental. Juan Carranza Almansa
      2. La evolución de las señales de estatus social. Juan Carlos Senar
      3. Competición espermática. Montserrat Gomendio
      4. Evolución de estrategias antidepredatorias en reptiles. José Martín
      5. El críalo, una especie de ave parásita de cría, rompe huevos de la urraca, su especie hospedadora, ¿se trata de una adaptación o simplemente de un accidente? Manuel Soler
      6. Influencia de la selección sexual sobre el comportamiento reproductor de los Odonatos. Adolfo Cordero Rivera

      Videos sobre Evolución

      • Y. Mahe & P. Pennings. O as origin (10 minutos, Inglés)

      Tesis Doctorales

      Año 2009


      Autor: Josué Martínez de la Puente. e-mail: jmp@mncn.csic.es

      Título: Interrelaciones entre hospedadores, vectores y parásitos sanguíneos en poblaciones de aves silvestres.

      Directores: Dr. Santiago Merino Rodríguez y Dr. Francisco Javier Martínez González

      Universidad: Realizada en el Departamento de Ecología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y defendida en la Universidad Complutense de Madrid

      Año y fecha de la defensa: 18 de marzo de 2009

      Palabras clave: ecología evolutiva, ecología del parasitismo, interacción parásito-hospedador

      RESUMEN

      Año 2008


      Autor: Sònia Casillas Viladerrams. e-mail: sonia.casillas@uab.cat

      Título: Development and application of bioinformatic tools for the representation and analysis of genetic diversity.

      Directores: Dr. Antonio Barbadilla Prados y Dr. Alfredo Ruiz Panadero

      Universidad: Universitat Autònoma de Barcelona. Facultat de Biociències. Departament de Genètica i de Microbiologia. Unitat de Genètica. Grup de Genòmica, Bioinformàtica i Evolució

      Año y fecha de la defensa: 22 de febrero del 2008

      Palabras clave: diversidad genética, bioinformática, Drosophila, bases de datos de polimorfismo nucleotídico, secuencias conservadas no codificadoras, genes Hox

      RESUMEN


      Autor: Iñaki Comas Espada. e-mail: icomas@nimr.mrc.ac.uk

      Título: Phylogenomics and the Evolution of Proteobacteria

      Directores: Dr. Fernando González Candelas y Dr. Andrés Moya Simarro

      Universidad: Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva. Unidad de Genética Evolutiva. Universidad de Valencia.

      Año y fecha de la defensa: 11 de enero del 2008

      Palabras clave: filogenómica, evolución microbiana, transferencia génica horizontal, fuerzas evolutivas

      RESUMEN


      Autor: Leonardo Arbiza. e-mail: larbiza@cipf.es

      Título: A Comparative Genomic Study of Human and Chimpanzee Evolution: Natural Selection, Function, & Disease

      Director: Dr. Hernán Dopazo

      Instituto: Centro de Investigación Príncipe Felipe. Unidad de Genómica Comparativa. Departamento de Bioinformática y Genómica.

      Año y fecha de la defensa: 15 de diciembre de 2008

      Palabras clave: adaptación, máxima verosimilitud, SNP's, genómica comparativa y funcional, bioinformática.

      RESUMEN

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ICONOGRAFIA

En esta sección es posible acceder a la iconografía de 50 piezas del museo, agrupadas por áreas culturales.
 
 
 
 


MENSAJE DEL JEFE SEATTLE AL PRESIDENTE FRANKLIN PIERCE, EN WASHINGTON, 1885

Mi pueblo es como una corriente desbordada, pero sin retorno. No, nosotros somos de razas diferentes. Nuestros hijos no juegan juntos, y nuestros ancianos no cuentan las mismas historias. Dios os es favorable, y nosotros estamos como huérfanos.

Mi pueblo es como una corriente desbordada, pero sin retorno. No, nosotros somos de razas diferentes. Nuestros hijos no juegan juntos, y nuestros ancianos no cuentan las mismas historias. Dios os es favorable, y nosotros estamos como huérfanos.

Meditaremos sobre vuestra oferta de comprarnos la Tierra. No será fácil, porque esta Tierra es sagrada para nosotros. Nos sentimos alegres en este bosque. No sé por qué, pero nuestra forma de vivir es diferente de la vuestra.

El agua cristalina, que brilla en arroyos y ríos, no es sólo agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos nuestra Tierra, habéis de saber que es sagrada, y que vuestros hijos aprendan que es sagrada, y que todos los pasajeros reflejos en las claras aguas son los acontecimientos y tradiciones que refiere mi pueblo.

El murmullo del agua es la voz de mis antepasados. Los ríos son nuestros hermanos, ellos apagan nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos.

Si vendiésemos nuestra tierra tenéis que acordaros, y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos -y los vuestros-, y que tendréis desde ahora que dar vuestros bienes a los ríos, así como a otros de vuestros hermanos.

El Piel Roja siembre se ha apartado del exigente hombre blanco, igual que la niebla matinal en los montes cede ante el sol naciente. Pero las cenizas de nuestros  antepasados, sus tumbas, son tierra santa, y por eso estas colinas, estos árboles, esta parte de la Tierra, nos es sagrada.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de pensar. Para él una parte de la Tierra es igual a otra, pues él es un extraño que llega de noche y se apodera en la Tierra de lo que necesita.

La Tierra no es su hermana, sino su enemiga, y cuando la ha conquistado, cabalga de nuevo. Abandona la tumba de sus antepasados y no le importa. Él roba la Tierra de sus hijos, y no le importa nada. Él olvida las tumbas de sus padres, y los derechos de nacimiento de sus hijos. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el Cielo, como cosas que se pueden comprar y arrebatar, y que se pueden vender, como ovejas o perlas brillantes. Hambriento, se tragará la tierra, y no dejará nada, sólo un desierto.

No sé, pero nuestra forma de ser, es diferente de la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace daño a los ojos del Piel Roja. Quizá porque el Piel Roja es un salvaje y no lo comprende. No hay silencio alguno en las ciudades de los blancos, no hay ningún lugar donde se pueda oír crecer las hojas en primavera y el zumbido de los insectos.

Pero quizá es porque yo sólo soy un salvaje, y no entiendo nada.

Meditaremos sobre vuestra oferta de comprarnos la Tierra. No será fácil, porque esta Tierra es sagrada para nosotros. Nos sentimos alegres en este bosque. No sé por qué, pero nuestra forma de vivir es diferente de la vuestra.

El agua cristalina, que brilla en arroyos y ríos, no es sólo agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos nuestra Tierra, habéis de saber que es sagrada, y que vuestros hijos aprendan que es sagrada, y que todos los pasajeros reflejos en las claras aguas son los acontecimientos y tradiciones que refiere mi pueblo.

El murmullo del agua es la voz de mis antepasados. Los ríos son nuestros hermanos, ellos apagan nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos.

Si vendiésemos nuestra tierra tenéis que acordaros, y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos -y los vuestros-, y que tendréis desde ahora que dar vuestros bienes a los ríos, así como a otros de vuestros hermanos.

El Piel Roja siembre se ha apartado del exigente hombre blanco, igual que la niebla matinal en los montes cede ante el sol naciente. Pero las cenizas de nuestros  antepasados, sus tumbas, son tierra santa, y por eso estas colinas, estos árboles, esta parte de la Tierra, nos es sagrada.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de pensar. Para él una parte de la Tierra es igual a otra, pues él es un extraño que llega de noche y se apodera en la Tierra de lo que necesita.

La Tierra no es su hermana, sino su enemiga, y cuando la ha conquistado, cabalga de nuevo. Abandona la tumba de sus antepasados y no le importa. Él roba la Tierra de sus hijos, y no le importa nada. Él olvida las tumbas de sus padres, y los derechos de nacimiento de sus hijos. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el Cielo, como cosas que se pueden comprar y arrebatar, y que se pueden vender, como ovejas o perlas brillantes. Hambriento, se tragará la tierra, y no dejará nada, sólo un desierto.

No sé, pero nuestra forma de ser, es diferente de la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace daño a los ojos del Piel Roja. Quizá porque el Piel Roja es un salvaje y no lo comprende. No hay silencio alguno en las ciudades de los blancos, no hay ningún lugar donde se pueda oír crecer las hojas en primavera y el zumbido de los insectos.

Pero quizá es porque yo sólo soy un salvaje, y no entiendo nada.

Mi pueblo es como una corriente desbordada, pero sin retorno. No, nosotros somos de razas diferentes. Nuestros hijos no juegan juntos, y nuestros ancianos no cuentan las mismas historias. Dios os es favorable, y nosotros estamos como huérfanos.

Meditaremos sobre vuestra oferta de comprarnos la Tierra. No será fácil, porque esta Tierra es sagrada para nosotros. Nos sentimos alegres en este bosque. No sé por qué, pero nuestra forma de vivir es diferente de la vuestra.

El agua cristalina, que brilla en arroyos y ríos, no es sólo agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos nuestra Tierra, habéis de saber que es sagrada, y que vuestros hijos aprendan que es sagrada, y que todos los pasajeros reflejos en las claras aguas son los acontecimientos y tradiciones que refiere mi pueblo.

El murmullo del agua es la voz de mis antepasados. Los ríos son nuestros hermanos, ellos apagan nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos.

Si vendiésemos nuestra tierra tenéis que acordaros, y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos -y los vuestros-, y que tendréis desde ahora que dar vuestros bienes a los ríos, así como a otros de vuestros hermanos.

El Piel Roja siembre se ha apartado del exigente hombre blanco, igual que la niebla matinal en los montes cede ante el sol naciente. Pero las cenizas de nuestros  antepasados, sus tumbas, son tierra santa, y por eso estas colinas, estos árboles, esta parte de la Tierra, nos es sagrada.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de pensar. Para él una parte de la Tierra es igual a otra, pues él es un extraño que llega de noche y se apodera en la Tierra de lo que necesita.

La Tierra no es su hermana, sino su enemiga, y cuando la ha conquistado, cabalga de nuevo. Abandona la tumba de sus antepasados y no le importa. Él roba la Tierra de sus hijos, y no le importa nada. Él olvida las tumbas de sus padres, y los derechos de nacimiento de sus hijos. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el Cielo, como cosas que se pueden comprar y arrebatar, y que se pueden vender, como ovejas o perlas brillantes. Hambriento, se tragará la tierra, y no dejará nada, sólo un desierto.

No sé, pero nuestra forma de ser, es diferente de la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace daño a los ojos del Piel Roja. Quizá porque el Piel Roja es un salvaje y no lo comprende. No hay silencio alguno en las ciudades de los blancos, no hay ningún lugar donde se pueda oír crecer las hojas en primavera y el zumbido de los insectos.

Pero quizá es porque yo sólo soy un salvaje, y no entiendo nada.

La charlatanería sólo daña a nuestros oídos. Qué es la vida si no se puede oír el grito solitario del pájaro chotacabras, o el croar de las ranas en el lago al anochecer? Yo soy un Piel Roja y no entiendo esto.

El indio puede sentir el suave susurro del viento, que sopla sobre la superficie del lago, y el soplo del viento limpio por la lluvia matinal, o cargado de la fragancia de los pinos.

El aire es de gran valor para el Piel Roja, pues todas las cosas participan del mismo aliento: el animal, el árbol, el hombre, todos participan del mismo aliento. El hombre blanco parece no considerar el aire que respira; a semejanza de un hombre que está muerto desde hace varios días y está embotado contra el hedor.

Pero si os vendemos nuestra Tierra no olvidéis que tenemos el aire en gran valor; que el aire comparte su espíritu con la vida entera. El viento dio a nuestros padres el primer aliento, y recibe el último hálito. Y el viento también insuflará a nuestros hijos la vida. Y si os vendiéramos nuestra Tierra, tendríais que cuidarla como un tesoro, como un lugar donde también el hombre blanco sepa que el viento sopla suavemente sobre las flores de la pradera.

Yo soy un salvaje, y es así como entiendo las cosas. He visto mil bisontes putrefactos, abandonados por el hombre blanco. Los mataron desde un convoy que pasaba.

Yo soy un salvaje y no puedo comprender cómo el caballo de hierro que echa humo, es más poderoso que el búfalo, al que sólo matamos para conservar la vida.

Qué es el hombre sin animales? Si todos los animales desapareciesen el hombre también moriría, por la gran soledad de su espíritu. Lo que les suceda a los animales, luego, también les sucede a los hombres. Todas las cosas están estrechamente unidas.

Lo que le acaece a la Tierra también les acaece a los hijos de la Tierra. Tenéis que  enseñar a vuestros hijos que el suelo que está bajo sus pies tiene las cenizas de nuestros antepasados.

Para que respeten la Tierra, contadles que la Tierra contiene las almas de nuestros  antepasados. Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros enseñamos a los nuestros: que la Tierra es nuestra madre.

Lo que le acaece a la Tierra, les acaece también a los hijos de la Tierra. Cuando los hombres escupen a la Tierra, se están escupiendo a sí mismos. Pues nosotros sabemos que la Tierra no pertenece a los hombres, que el hombre pertenece a la Tierra. Eso lo sabemos muy bien, Todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia. Todo está unido.

El hombre no creó el tejido de la vida, sólo es una hilacha. Lo que hagáis a este tejido, os lo hacéis a vosotros mismos. No, el día y la noche no pueden vivir juntos. 

Nuestros muertos siguen viviendo en los dulces ríos de la Tierra, y regresan de nuevo con el suave paso de la Primavera, y su alma va con el viento, que sopla rizando la superficie del lago.

Consideramos la posibilidad de que el hombre blanco nos compre nuestra Tierra.

Pero mi pueblo pregunta: qué es lo que quiere el hombre blanco? Cómo se puede comprar el Cielo, o el calor de la Tierra, o la velocidad del antílope? Cómo vamos a venderos esas cosas y cómo vais a poder comprarlas? Es que, acaso, podréis hacer con la Tierra lo que queráis, sólo porque un Piel Roja firme un pedazo de papel y se lo dé al hombre blanco?

Si nosotros no poseemos el frescor del aire, ni el brillo del agua, cómo vais a poder comprárnoslo? Es que, acaso, podéis comprar los búfalos cuando ya habéis matado al último?

Consideraremos vuestra oferta. Sabemos que si no os la vendemos vendrá el hombre blanco y se apoderará de nuestra Tierra. Pero nosotros somos unos salvajes.

El hombre blanco que va en pos de la posesión del poder, ya se cree que es Dios, al que le pertenece la Tierra. Cómo puede un hombre apoderarse de su madre?

Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestra Tierra. El día y la noche no pueden vivir juntos. Consideraremos vuestra oferta de que vayamos a una reserva. Queremos vivir aparte y en paz. No importa dónde pasemos el resto de nuestro días.

Nuestros hijos verán a sus padres sumisos y vencidos. Nuestros guerreros estarán avergonzados. Después de la derrota pasarán sus días en la holganza, y envenenarán sus cuerpos con dulce comidas y dulce bebidas.

No importa dónde pasemos el resto de nuestros días. No quedan ya muchos. Sólo algunas horas, un par de inviernos, y no quedará ningún hijo de la gran estirpe que en otros tiempos vivió en esta Tierra, y que ahora en pequeños grupos viven dispersos por el bosque, para gemir sobre las tumbas de su pueblo, que en otros tiempo fue tan poderoso y lleno de esperanza como el vuestro.

Pero, por qué consternarse por la desaparición de un pueblo? Los pueblos están constituidos por hombres. Es así. Los hombres aparecen y desaparecen como las olas del mar. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios camina a su lado, y habla con él, como el amigo con el amigo, puede librarse del común destino. Quizá seamos hermanos. Esperamos verlo.

Sólo sabemos una cosa -que quizá un día el hombre blanco también descubra-, y es que nuestro Dios, es el mismo Dios suyo, Vosotros, quizá, penséis que le poseéis -igual que tratáis de poseer nuestra Tierra-, pero no podéis. Es el Dios de todos los hombres, lo mismo de los Pieles Rojas que de los blancos. Aprecia mucho esta Tierra y el que atente contra ella significa que desprecia a su Creador.

También los blancos desaparecerán, y quizá antes que otras estirpes. Continuad contaminando vuestro lecho y una noche moriréis en vuestra propia caída. Pero al desaparecer brillaréis por el fuego del poderoso Dios, que os trajo a esta Tierra, y que os destinó a dominar al Piel Roja en esta Tierra.

Este destino es para nosotros un enigma. Cuando todos los búfalos hayan muerto, los caballos salvajes hayan sido domados, y el rincón más secreto del bosque haya sido invadido por el ruido de muchos hombres, y la visión de las colinas esté manchada por los alambres parlantes, cuando desaparezca la espesura, y el águila se haya ido, esto significará decir adiós al veloz potro y a la caza.

El final de la vida -y el comienzo de la otra vida. Dios os concedió el dominio sobre  estos animales, los bosques y los Pieles Rojas por un determinado motivo. Y es motivo es un enigma para nosotros.

Quizá podríamos comprenderlo si supiésemos qué es lo que sueña el hombre blanco, qué ideales ofrece a los hijos en las largas noches invernales, y qué visiones arden en su imaginación, hacia las que tienden el día de mañana.

Pero nosotros somos salvajes, los sueños del hombre blanco nos están ocultos, y porque nos están ocultos nosotros vamos a seguir nuestro propio camino.

Pues, ante todo, nosotros estimamos el derecho que tiene cada ser humano a vivir tal como desea, aunque sea de modo muy diverso al de sus hermanos. No es mucho lo que nos une.

Consideraremos vuestra oferta. Si aceptamos es sólo por asegurarnos la reserva que habéis prometido. Quizá allí podamos acabar los pocos días que nos quedan viviendo a vuestra manera.

Cuando el último Piel Roja de esta Tierra desaparezca y su recuerdo sea solamente la sombra de una nube sobre la pradera, todavía estará vivo el espíritu de mis  antepasados en estas orillas y estos bosques.

Pues ellos amaban esta Tierra, como ama el recién nacido el latido del corazón de su madre. Si os llegáramos a vender nuestra Tierra, amadla, como nosotros la hemos amado. Cuidad de ella, como nosotros la cuidamos, y conservad el recuerdo de esta Tierra tal como os la entregamos.

Y con todas vuestras fuerzas, vuestro espíritu y vuestro corazón, conservadla para vuestros hijos, y amadla, tal como Dios nos ama a todos. Pues hay algo que sabemos,
que Dios es el mismo Dios.

Esta Tierra es sagrada para Él. Ni siquiera el hombre blanco se puede librar del destino común.

Quizá somos hermanos. Esperamos verlo.
 

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ASOCIACIONES DE ANTROPOLOGIA

ASOCIACIONES DE ANTROPOLOGÍA CON SEDE EN ESPAÑA, PORTUGAL Y LATINOAMÉRICA


LA TEORIA DEL REFLEJO CONDICIONADO

El perro de Pávlov

El perro de Pávlov
La teoría del reflejo condicionado de Pávlov se basó en los experimentos realizados con un perro. La fotografía muestra una ilustración del famoso perro del neurólogo ruso.

normalDiccionario de Mitos y Leyendas
normalEl periódico navajo

normalGerónimo, su propia historia (inglés)
Araucano
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Los aónikenk : historia y cultura
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YAGÁN O YAMANA

LOS ALACALUFE (KAWÉSQAR)

  Los Alacalufes (Kawésqar)

familia en su canoaSegún unos, la terminología Alakaluf reúne unos pueblos distintos : los Alakalufes (en dos grupos, en la zona media y al sur del derecho de Magallanes) y los Kawésqar siendo de mas al norte. Puede ser que esa confusión se debe a los pocos estudios que hubo sobre esa(s) etnia(s) antes que desaparecieron (hay que recordarse que el seno Otway solamente fue reconocido realmente por el hombre europeo por 1829), o con unas confusiones con los Chonos, también tribu canoera del norte de esa zona, que desapareció por el siglo 18 (aunque Tomas Bridges dice haber visto unos en 1885) ; mientras Gusinde solo diferencia como tribus homogéneas los Alakaluf y los Chonos.
Se ha encontrado yacimientos arqueológicos que muestra que llegaron en esos rumbos 6.000 años a.C. (Punta Baja, étude ethnologique de Dominique Legoupil, CNRS, France).

arpónSu estatura media era de 1,66 metros (indios pescadores de mediano cuerpo y mal proporcionados, según Juan de Ladrillo, 1557), y muchos relatos relatos hablan de ellos como gente taciturna y triste (traicioneros y mentirosos según unos misioneros).

Vivían gran parte del día en sus canoas, y al anochecer acampaban en las playas, en una choza.

Usaban el arpón, pero también la boleadora de una, dos o tres piedras. El arco, si lo sabían fabricar, casi no lo usaban.

mujer y niñoSolo las mujeres sabían nadar (como en el caso de los yaganes), iban buceando en busca de mariscos, con un canasto en la boca, así nadando iban a buscar la canoa que se quedaba alejada de la playa en las algas. En la canoa, son las mujeres que reman, los hombres quedándose de centinela con el arpón para la pesca (lo mismo pasa con la mujer yamana, o con la mujer selk'nam, llevándose todo, el hombre quedándose disponible con el arco para una caza eventual).

El owurkan , según Gusinde, podía ser considerado como médico, shamán o sacerdote encantador. Se ocupa de las curas de males de salud, de predicción del tiempo como de la influencia espiritual sobre la gente.

Emperaire ha estudiado les espíritus alacalufes : Ayayema [quien] "cuando impone su presencia maléfica en los sueños, en las enfermedades, es preciso cambiar de campamento y emigrar a otra playa" ; Kawtcho, el espíritu rondador de la noche, caminando bajo tierra durante el día ; Mwono, espíritu del ruido rondando por las montañas y los glaciares. Mientras Emperaire expusó que "la existencia de un ser superior bueno no tiene prácticamente lugar en la vida religiosa de los alacalufes", unos misioneros, como A.de Agostini, pensaban que los alacalufes creían en un ser bueno invisible, Alp-láyp, al cual le daban gracias cuando tenían copioso alimento, y a un ser malo, Alel-Cesislaber, un gigante que se llevaba las personas que cruzaba.

Creían que los buenos después de su muerte van a un bosque delicioso, a comer hasta hartarse de todo lo que les gustaba durante la vida, mientras los malos son precipitados en un pozo profundo de donde no pueden salir mas.

unas palabras alakalufes :

Sol : Areló o aswál-sélas
Luna : Iacepáaiselop o ak'éwek-sélas
Noche : Ac-kiói
Día : Kala
Hombre : Yp'pa o Hoiken
Mujer : Ypacolis o Scherkrs
Uno : Takau-Taku
Dos : Tilkanon
Tres : Uokels-a-tol
Cuatro : Uokels-a-tol-uokels
Cinco : Teáku-taku

José Emperaire ha estudiado las diferencias que se manifestaban en el idioma y en el vocabulario según los diversos modos de expresarse : lenguaje expresivo (burla, relaciones madre a hijo), y lenguaje no emocional (narración, cuentos al rededor del fuego por ejemplo).


Fotos : (click en la foto para agrandarla)

animo festivo
animo festivo

3 niñoses alakaluf    niño alakaluf
Niños desnudos jugando en la nieve, Puerto Eden, 1953
foto J.Emperaire

hombre y mujer alakaluf
hombre y mujer Alakaluf

familia alakaluf en canoa
familia en canoa

familia alakaluf en canoa
familia en canoa

madre alakaluf y hijo
madre y su hijo

alakaluf en canoa
familia en canoa

alakaluf comiendo galletitas
comiendo galletitas

esperando algo ?
esperando algo ?

choza alakaluf
construyendo la choza

madre alakaluf e hijo
madre y su hijo, 1920

mujer
mujer alakaluf, Puerto Eden
(J.Emperaire, 1947)

mujeres alacalufes
mujeres alakaluf llegando a la mina de Cutter Cove, 1907

mujer alakaluf en su canoa
mujer en su canoa
(J.Emperaire, 1947)

Yinchihaua
Espíritu del Yinchihaua con máscara fálica (Gusinde)

Chaman alakaluf    Chaman
chamán
(Gusinde)

Yinchihaua    Yinchihaua
Espíritu del Yinchihaua con máscara cilíndrica, puntiaguda (Gusinde)

LOS SELK'NAM (0NAS)

Los Selk'nam (Onas)

familia (Furlong)Los Selk'nam vivían en la Isla Grande; eran, con los Tehuelches, los indios más grandes de América, con 1,80 m de tamaño medio, y su fuerza física asombraba a sus visitantes europeos (en el siglo 17, el tamaño medio de los europeos rondaba los 1,65m), como a sus vecinos indios, quienes les temían bastante.

Sobre todo eran cazadores, nómades, y a veces pescadores en los ríos. También solían compartir con los yamana a una ballena varada en una playa; en paz con los yamana en esa oportunidad, aprovechándose así de la grasa del animal. El guanaco constituía su principal fuente de carne, pero también cazaban aves y roedores. Y también se nutrían de cosecha de frutas y hongos.

Kautempklh y PaolaSu arma era el arco, el cual además de necesitar destreza requería ser fuerte, por su tamaño.

En casi cada ocasión o actitud de la vida diaria se nota la fineza de sus costumbres social. Cuenta Lucas E.Briges : "Al carnear un guanaco, los onas generalmente dividían la res en seis pedazos para facilitar su transporte. Esta vez, Tamimeoat cortó el animal en tantos trozos como hombres y a cada uno le arrojó su parte. En cada caso, el beneficiado era el único individuo que no mostraba interés en este reparto ; simulaba estar arreglando el fuego o sacando sus mocasines, o mirando al vacío, hasta que otro miembro del grupo le llamaba la atención sobre el regalo recibido ; entonces él lo levantaba casi sin mirarlo, y sin demostrar ningún placer, lo ponía a su lado.
Talimeoat y Kaichin no se habían reservado ni un pedacito, ni siquiera el pecho, que siempre era considerada la porción del matador. Después de un rato, algunos de aquellos a quienes, quizás a propósito, se les había dado una porción mayor que a los demás, la dividieron con los afortunados cazadores. Entre los indios onas ése era el modo correcto de repartir la carne en tales circunstancias..."

Aunque eran nómades, la Isla Grande había sido dividida en 39 'distritos', separadas por ríos, piedras, árboles,... distritos trasmitidos de padre a hijos, mientras una 'familia ona' viviendo en ese territorio podía alcanzar 120 individuos. Ese reparto instituía algo como la propiedad, y cada tribu normalmente no se iba de caza afuera de su propio distrito, sino a veces para hacer la guerra, o con un ceremonial muy preciso (o torneos de lucha).

Dice Lucas E.Briges : "Los Onas no tenían jefes hereditarios no electivos, pero los hombres que sobresalían por su habilidad, casi siempre se convertían de hecho en dirigentes. Sin embargo, uno podía ser el jefe de hoy y otro mañana, pues se lo cambiaba según la empresa a cometer y se designaba al mas vehemente partidario de cada una. La categoría social entre ellos fué bien definida, años después por el jovial Kankoat.
Un hombre de ciencia nos visitó una vez en esa región, y en contestación a las preguntas que me hacia le dije que los onas no tenían jefes, según nuestra aceptación de la palabra. Viendo que el no me creía, llamé a Kankoat, que entonces hablaba bastante bien español. En contestación a la pregunta que le hizo el visitante, Kankoat demasiado amable para contestar con una negativa, dijo : 'Si, señor, los onas tenemos jefes : todos los hombres son capitanes y todas la mujeres son marineras.'
No conocían la disciplina. Sin embargo, el mas despiadado, el mas fuerte, ya sea físicamente o mentalmente, o el asusto capaz de una traición, podía dominar la comunidad."

Esa otra anécdota de Lucas Bridges muestra esa sensibilidad de los Onas : "Talimeoat y yo contemplamos largo rato y en silencio los sesenta y cinco kilómetros de colinas cubiertos de bosques que se extendían a lo largo del lago Kami (lago Fagnano), envueltos en los tintes del magnifico crepúsculo. Yo sabia que él buscaba en la distancia cualquier señal de humo de los campamentos de amigos o enemigos. Luego se sentó a mi lado y olvidó su vigilancia y hasta mi propia presencia. Yo, al sentir el frío de la tarde, estaba a punto de proponerle que nos pusiéramos en marcha, cuando exhaló un profundo suspiro y dijo para sí, en voz queda, y con el acento que sólo un ona puede dar a sus expresiones : 'Yak haruin ! (¡Mi tierra!)'."

Cuenta Lucas E.Briges, con su humor british, esa anécdota bien graciosa : "Uno de los onas se ausentaba frecuentemente por largos periodos para trabajar en la isla Picton. Durante una de sus ausencias, su mujer dió a luz un niño de tez blanca, pelo rubio y ojos celestes (debo dejar bien establecido que mis ojos son castaños y que en esa época mi pelo era casi tan negro como el de un ona). Yo, perplejo, me preguntaba qué diría el indio al ver ese extraño vástago.
A su subido tiempo volvió el indio de la isla Picton, y uno o dos días después vino a visitarme para pedirme una pastilla de jabón ; no del común, sino del mágico jabón de color de vidrio oscuro y forma de un huevo de ganso de las montañas. Yo no comprendí al principio a qué se refería ; pero él me explicó de muy buena fé que durante su ausencia su mujer había tenido un hijo moreno como todos los niños onas, pero que cuando él lo había conocido ya se le había aclarado maravillosamente la piel y el cabello. Al preguntársele a la esposa sobre esta increíble transformación, ésta, apoyada por el testimonio de las dos mujeres que la habían atendido, atribuyó el milagro a una pastilla de jabón mágico que le había dado mi hermana Alicia. Dijo también que un poquito de jabón había entrado en los ojos del niño, que se había vuelto al momento celestes como el cielo. El orgulloso padre estaba tan impresionado por esas maravillas que venia a buscar otra pastilla."

familia trasladando campamentoNos cuenta Lucas Bridges esas anécdotas sobre la educación de los niños : "Cuando una criatura, sana en apariencia, lloraba incesantemente, la madre daba muestra de impaciencia y solía gritar prolongadamente dentro de los oídos del pequeño. Generalmente, el niño cesaba de llorar. [...]
Cuando un niño tenia sed, la madre, para evitarle la impresión del agua helada, la entibiaba en su boca y luego la dejaba caer dentro de la de su hijito."
"Los niños eran tratados cariñosamente por todos y muy apreciados por sus padres. Aunque esta gente jamas se besa, he visto a algunos hombres acercar sus labios a los cuerpecitos de sus niños.
Cuando los hombres se hacían demasiado viejos para salir a cazar, podían contar que sus hijos los abastecerían y defenderían. Siempre se podía encontrar a otra mujer pero a los hijos no era tan fácil reemplazarlos."

"Al ona no le preocupa el vestido ; para él, sólo es motivo de vergüenza mostrar el cuerpo cuando es deforme u obeso ; este último defecto demostraría que es un glotón y que, como probablemente no es cazador, su mujer tiene que alimentarlo con pescado [...] El cazador tiene que ser delgado y no comer demasiado, porque sino se volvería vago, mientras sus mujeres tiene que ser gordas (prueba de que esta un cazador q se respecta)"

La poligamia era común, pero era raro que un hombre tuviera más de dos mujeres, lo cual hubiera sido considerado con una mezcla de envidia y de burla.


Mito del papagayo, de las temporadas : "Los papagayos Kerrhprrh, descendientes de Kamshoat, son pájaros ruidosos quien prevenían al guanaco de la llegada de los cazadores, o se burlaban de las dificultades de un ona para cruzar un terreno difícil.
Hace mucho, mucho tiempo, cuando todos los arboles del bosque estaban siempre verdes y sólo perdían sus hojas al morir, el joven Kamshoat comenzó a iniciarse en los secretos de la Logia. Había dejado de ser un telken (un niño), era ya un klokten (iniciado), y partió solo en uno de esos viajes a que su condición lo obligaba. Pasó tanto tiempo sin saberse nada del él, que los suyos lo dieron por muerto, y quedaron muy sorprendidos cuando un día apareció entre ellos.
No había cambiado mucho, pero hablaba demasiado ara un klokten, que debe callar y pensar. Contaba de un maravillo país, muy lejano en dirección del Norte que había visitado ; afirmaba que sus bosques perdían las hojas en el otoño y morían, pero que en la primavera el calor los hacia revivir y las hojas volvían a brotar tan verdes como antes. Naturalmente, nadie dió crédito a semejante historia ; una vez que un árbol ha muerto no puede volver a vivir, así es que se burlaron de Kamshoat y lo llamaron mentiroso. Este no los aguantó y, furioso, volvió a irse, pero esta vez su ausencia fué mas larga aun. Volvió transformado en un enorme papagayo, con plumas verdes en el lomo y coloradas en el pecho, tales como las de sus actuales descendientes. Era otoño, y Kamshoat voló de un árbol a otro en esos bosques siempre verdes, pintando las hojas de rojo con el color de su pecho. Estas hojas pronto cayeron al suelo y la gente se asustó, temerosa de que los arboles hubieran muerto. Los papeles se habían cambiado, ahora era Kamshoat el que se burlaba. Él les anunció que en primavera todos los arboles volverían a vivir, y entonces todos se sintieron de nuevo felices. Kamshoat, debido a su grito, fué llamado Kerrhprrh."


unas palabras selk'nam :

Sol : Kré / kran
Luna : Kréen / krä
Noche : Kauk'n
Día : Kerren
Hombre : C'ón / Chohn
Mujer : Naa / Nah
Uno : Sós
Dos : Sôki
Tres : Sauki
Cuatro : Koni-sôki
Cinco : Kismarey

Fotos : (click en la foto para agrandarla)

Kaushel y su familia
Kaushel y su familia

cazadores Onas
Kautempklh y Paola, cazadores Onas (L.E.Bridges, 1910)

Puppup y familia
Puppup y familia
(L.E.Bridges)

Selknam en una playa
caminando en la playa
(Furlong, 1908)

Onas trasladando
familia trasladando campamento (A.de Agostini)

trasladando
mujeres trasladando el campamento (A.de Agostini)

madre selknam y bebe
madre y lactante
(foto Gusinde)

Covadonga
Covadonga y su hermanito

2 niños
dos chicos

familia selknam en su refugio
familia en su choza

familia ona en su refugio
Onas del Norte (bahía Inútil)
(A.Cameron, 1890)

confeccion del astil
confección del astil (Furlong, 1908)

familia selknam
familia sobre una elevación (Furlong, 1908)

ona conjurando
chamán conjurando un eclipse de luna (Lothrop, 1930)

Jon curando
Jon (curandero) curando a un enfermo (A.de Agostini)

3 cazadores onas
Shishkolh, Ahnikin y Puppup
(Lucas E.Bridges)

cazadores onas
Ahnikin, Shishkolh, Halimink, Chalshoat, Puppup (Furlong)

3 cazadores onas
Tenenesk y dos cazadores
(archivo salesiano)

Aneki y otros onas
Aneki (el surdo), Koniyolh, Ishiaten (muslos arañados), Kostelen (cara angosta), Shilchan (voz suave), hermano de Aneki. De Los Onas

Onas armados de arcos
foto A.Cameron, in El ultimo confín de la tierra

luchadores onas
luchadores onas
(foto Gusinde)

cazadores onas
foto A.Cameron, in El ultimo confín de la tierra

Selknam con el arco
Chalshoat y Puppup
(Furlong, 1908)

Selknam con el arco
Puppup e Ishthn
(Furlong, 1908)

choza selknam
choza, 1910
(archivo salesiano)

mujeres y niño selknam
dos mujeres con niño
(A.de Agostini, 1910)

2 mujeres onas
dos mujeres en la selva
(A.de Agostini, 1910)

Schort   Schort   Schort
Schorts del norte, del oeste, del sur (fotos de los shorts, Gusinde)

Schort   Schort   Schort
Kéternen macho, Tanu del oeste, Ulen la cabeza gruesa

Schorts   Kotaix
tres schorts subordinados, el espíritu Kotaix

Los Schort eran hombres disfrazados para los ritos de iniciación de los chicos, los postulantes se les llamaba Kloketen. Kshort es un nombre genérico. Hay de varias clases. Nunca hablan.
Las ceremonias del Kloketen (así se llamaban los postulantes, la ceremonia, como la choza, se llama el Hain) eran para permitir a los chicos de pasar en la edad adulta. Antes, el Hain era manejado por la mujeres (Cf. el mito)

2 kloketen
dos kloleten

el hain
pintados para el hain (Gusinde)

pintados
pintados para el hain (Gusinde)

el hain
danza de la serpiente
(L.E.Bridges)

bailarines onas
bailarines abandonan la choza del kloketen (Gusinde)

bailarines onas
círculo de hombres hechizo del tiempo meteorológico (Gusinde)

Ahnikin
Ahnikin personifica a Short. Puppup, Halimink, Minkiyolh, Hatah. (L.E.Bridges)

Yoknolpe
Yonolpe, el más diestro cazador de todos los montañeses. 'Nunca lo vi pintado de esta manera' L.E.Bridges

ona del nord
un ona del norte
col.Franciscovich, in El ultimo confín de la tierra

Pahchik
Pahchik, con su esposa e hijo
(L.E.Bridges)

Hala
Hala, con su esposa e hijo
(L.E.Bridges)

Ishtohn
Te-al con su esposo Ishtohn

a Paris
Selk'nam llevados a Paris, para la exposición de 1889

cazadores onas
Aneki, Kostelen y Schilchan (ese ya tiene la segunda flecha preparada en la mano izquierda)
(from El ultimo confín de la tierra)

familia Selknam
Paciek y su familia frente a su choza
(foto A.de Agostini)

Agostini et Paciek
Alberto de Agostini con el joon Paciek

LOS HAUSH (MANEKENK)

       Los Haush (Manekenk)

familia HaushVivían en la parte este de la Isla Grande de Tierra del Fuego, entre la Bahía Buen Suceso y el cabo San Pablo. Aunque son considerados, por unos, como parecidos a los Selk'nam, también se supone que los Aush llegaron antes en Tierra del Fuego, y que fueron rechazados hacia el sur-este. Tienen costumbres y mitos cuales presenten diferencias con la tradición Selk'nam, y un idioma notablemente distinta. Otra diferencia con los Selk'nam, el otro pueblo fueguino 'de tierra adentro', es que su economía de alimentación y de vestimenta no depende principalmente del guanaco, sino de la foca.
Fue el primer pueblo a desaparecer totalmente de la Tierra del Fuego, ya que en 1910, según Antonio Coiazza, solamente quedaba una tribu "... habitaba entre Bahía Tetis y Bahía Fatley, y ahora se ha reducido a una sola familia compuesta del padre y de dos hijas, y a una mujer de unos treinta y nueva años." ; y según Lucas Bridges, contandolo en 1899 : "Yo me pasaba todo el tiempo con Yoiyimmi y Saklhbarra a fin de aprender su idioma. Si hubiese sabido en aquella época que el aush era hablado solo por sesenta indígenas en toda la Tierra del Fuego, no me hubiera tomado un semejante trabajo."

Muchos datos precisos fueron conocidos gracias a Lucas Bridges por su libro 'El ultimo confín de la tierra' (1899) : "Durante los primeros años que pasamos en Haberton, fuimos visitados varias veces por un pequeño grupo de Aush [...] Estos Aush temían a los Onas, sus vecinos del norte y oeste, mas aun que a los Yaganes, y con fundado motivo. Durante varias generaciones habían sido obligados a evacuar una tierra buena, huir hacia el extremo sudeste del territorio, y reducirse a vivir en medio de la selva y la ciénaga."
Y sobre su origen : "Estoy convencido de que los onas y los aush provenian de los tehuelches del sur de Patagonia, pero los aushs llegaron a la Tierra del Fuego mucho antes que los onas [...] Habia ciertamente mucha más diferencia entre el aush y el ona que entre este ultimo y el idioma de los tehuelches. Creo que al principio los aushs ocuparon toda la region, y se tuvieron que contentarse con la punta sudeste, de clima humedo y plagada de cienagas y espessos matorrales. Confirma mi teoria el hecho de que en la tierra occupada por los onas existen nombres de lugares que no tienen significado en su idioma ; son en realidad palabras que sólo tienen significado en el idioma aush."

Sobre la diferencia de idioma, Lucas Bridges cuenta ese gracioso detalle : "Yo creía haber aprendido unas seiscientas palabras de aush, y aunque sabia que existía gran diferencia entre el idioma aush y el ona, me esforcé en hablarlo, deseando sobre todo impresionar a mi padre con mis conocimientos. Kaushel no me entendió, pero yo quedé muy satisfecho al entender la contestación en aush de Kohpen, su mujer, que era originaria de una tribu de onas del este."

Mito, contado por Antonio Coiazza : "También entre ellos la zorra hace el papel del animal asusto que enseña la malicia a los otros. El zorro antiguamente era domestico como el guanaco, la foca, todos los peces y los pajaros, y cantaba al unísono ekelé, ekelé, ekelé. Pero un día le pusieron debajo de la nariz un olor muy malo, y se hizo salvaje, invitando a los demás animales a hacer lo mismo."

Otro mito, contado por Antonio Coiazza : Hay otro espíritu varón, "muy malo, que vive en las entrañas de la tierra y se llama Ksorten. [...] Cuando esta cerca de los toldos, echa mano de los canastos, y con ellos pega a las mujeres, especialmente a las mas caprichosas ; motivo por el cual estas lo temen mucho, y, cuando lo ven, se encierran en el toldo, tapándose la cara y los ojos con la capa. Al contrario, los niños, asustados, huyen."

Aunque parece que la Isla de Los Estados no fue nunca visitada por los indios fueguinos, Anne Chapman recogió ese mito haush, la historia de Jáius : "Cuando el gran chamán Kox abrió la laguna y creó Sati, el estrecho de Le Maire, Jáius se apartó de la Isla Grande, su tierra natal y se transformó en la isla del otro lado del estrecho, que por eso llevaba su nombre. [...] Como era costumbre en aquel entonces, costumbre que siempre se guardó, el hermano, Ai-uken, se casó con una hermana de su cuñado, nombrada Jáiwin. Así, según la usanza, ella vino a vivir en la tierra de su esposo y después se convirtió en el cabo que llevaba su nombre (cabo San Diego) en las orillas de Sati. Cuando Ai-uken se casó, Jáius se enojó pues no quiso quedarse con Jáiwin (su cuñada). Por eso Jáius se alejó y se transformó en una isla. Jamás se casó. Se quedo sola, apartada de todos. "


Fotos : (click en la foto para mas grande)

familia Haush
familia Haush

mujer Haush
mujer Haush

Tenenisk
Tenenisk,
famoso chamán
de origen Haush
foto Gusinde

LOS TEHUELCHE O AÓNIKENK

  Los Tehuelche (Aónikenk)

Dos Aonikenk al lago CardielLos Tehuelches (o Patagones) vivían en el sur de la Patagonia, entre el río Santa Cruz y el estrecho de Magallanes. En un tiempo remoto, esos cazadores convivieron con fauna actualmente extinguida como el famoso milodon y el caballo enano. Tienen unas similitudes con los otros indios de Patagonia mas al norte (Mapuches, Pehuelches) con les cuales tenían contactos. Los primeros viajeros anotaron los parecidos en el modo de cazar por ejemplo, con los otros indios que ya conocían : los indios del Río (de La Plata).
De aproximadamente 4.000 o 5.000 antes de la llegada en aquel país de la civilización europea, los últimos tehuelches fueron reducidos a sectores como Camusu Aike y Lago Cardiel, antes de desaparecer como pueble indio.

Se puede distinguir entre los Aonikenk (Tehuelche Meridionales) y los Günün-A-Küna (Tehuelche Septentrionales).

El primero europeo a conocer esos indios australes fue Antonio Pigafetta, cronista de la expedición de Magallanes (1520). Fue el que inicio el mito respecto al gigantismo de los patagones.
Boleadora tehuelcheComo termino medio tenían 1,80 metros de altura. Dice Dumont d'Urville que le impacto 'su enorme ancho de las espaldas, su cabeza ancha y gruesa y sus miembros macizos y vigorosos' destacando que 'constituye una bella raza de hombre, plenos de fuerza y vigor'.

Eran muy destrozos con la boleadora, sea de a una, dos o tres bolas. También usaban lanza y arco. Con el hombre blanco llego el caballo, y los tehuelches se convirtieron en jinetes increíbles. Casaban el guanaco y el ñandú. Tenían (usaban) muchos perros (ruidosos y penosos dijeron los viajeros).

Hablaban un lenguaje gutural, oclusivo y aglutinante. Carlos Vega da los ejemplos siguientes : “no te caigas” se decía “M'huatrhs” ; “es mi mujer” : “Yas ksheh”.

Cosmogonía, creación del mundo y de la tierra (recogido por Mario Echevarria Baleta, citado por Carlos Vega) :

Kooch siempre existió, no tuvo nacimiento ni principio. Era como el aire. Nadie podía tocarlo, tampoco existía nadie ni para verlo, ni para tocarlo. Desde el principio de todo, Kooch estaba rodeado de tinieblas. Como vivía solo y rodeado de tinieblas desde la eternidad, nada podía ver y esa situación le entristeció de tal manera que comenzó a llorar largamente, con un llanto profundo e interminable. Fueron tantas sus lagrimas que formaron el mar, donde comenzó a gestarse la vida para poblar el futuro mundo. Al ver que el nivel del mar era demasiado alto, dejó de llorar dando un profundo suspiro que dio nacimiento al viento, que agitó las tinieblas, logrando disiparlas de manera que pudo observar la claridad a su alrededor. Eso le causo gran alegría, despertando sus ansias de seguir creando los restantes elementos que formarían el mundo. Creó todo con vida, hasta las piedras tienen una forma de vivir. Kooch había creado el mar con sus lagrimas y había disipado las tinieblas a su alrededor, pero a lo lejos continuaban y ello le impedía ver a su mundo desde la distancia aun habiéndose alejado mas y mas, hasta que de pronto alzó la mano realizando un rápido movimiento con que rasgó la oscuridad de la que brotó una gran chispa, la que continuó el giro de su mano, logrando disipar las tinieblas. Pudo entonces ver el maravilloso mundo alumbrado por ella a la que llamó Xaleshen (Sol).


unas palabras Tehuelche:

Sol : Sheuen o Shehuen'à
Luna : Keingueinken o Keingueincon
Noche : Ter-nsh
Día : Chocheg Shehuem
Hombre : Alen, Aln, Alnk
Mujer : Ishé o Enack
Uno : Chochieg
Dos : H'áuke
Tres : Ká'ash
Cuatro : Kague
Cinco : K'tsàen
Cien : Pataca
(fuente: Franciso P.Moreno)


Links:

El Pueblo TEHUELCHE - Aonikenk (Tehuelche Meridionales) & Günün-A-Küna (Tehuelche Septentrionales),
en la página del museo de Bariloche en españolin english


Fotos : (click en la foto para agrandarla)

Huake
Huake, el ultimo cacique de la tribu aónikenk de Camusu Aike

hombre Aonikenk
(foto Handler)

hombre Aonikenk
(foto Handler)

Kopacho
Kopacho, del lago Cardiel

tehuelches por el Cardiel
por el lago Cardiel

mujer tehuelche
(foto, A.de Agostini, 1945)

mujer y niña Aonikenk
mujer y niña

mujeres tehuelches
mujeres

mujer tehuelche
mujer del lago Cardiel con su hija

tehuelches frente al kau
frente a su kau

toldo Aonikenk
grupo familiar Aoninkenk, junto a un toldo
(Princeton, 1896-1899)

hombres tehuelches
grupo de hombres

Casimiro y hijo
el cacique Casimiro y su hijo Sam Slick (1846-1877)

Mulato
el cacique Mulato a caballo

mujer araucana
mujer de 'Araucania' con su bebe

tolderia tehuelche
Tolderia Aonikenk
(Tehuelche Meridionales)

grupo tehuelche
grupo de Günün-A-Küna
(Tehuelche Septentrionales)

Duplessis
Indios del estrecho de Magallanes, acuarela in Relato de Duplessis, 1701

LOS YAGÁN O YÁMANA

Los indios Yamana (Yagán)

Athlinata y su esposaEl Yamana, imposible de integrase, "se vuelva con delicia a su casa, a su vida independiente y de vagabundeo" (Hyades).

Eran los fueguinos lo mas bajos de estatura, de 1,44 a 1,64m, de tronco, hombros y brazos muy desarrollados frente a sus enclenques piernas. Tampoco estaban acostumbrado a caminar que en la tierra se tenían siempre sobre una pierna, luego cambiando por la otra, torpes, sin poder mantenerse quietos, caminando inclinados hacia delante, incómodos, inquietos.

Usaban arpón, lanza y honda, esa con una destreza tremenda. No usaban el arco.
Dice Lucas E.Briges : "Para cazar pájaros y pescar, los yaganes usaban arpones de punta de hueso, a veces de mas de treinta centímetros de largo, con muchas barbas. Para despegar mariscos, lapas y a veces para buscar cangrejos, usaban arpones de madera de cuatro puntas firmemente unidas a la vara. Pero para cazar mayor utilizaban un gran arpón de hueso de cuarenta centímetros de longitud, provisto de una enorme púa y fijado en una ranura, medio suelta, en el extremo de una sólida caña de unos cinco metros de largo, bien pulida y terminada en punta. Al arpón estaba atada una correa firmemente sujeta a la caña a la altura del tercio de su largo, del lado de la púa, de manera que cuando el arma entraba en el cuerpo de la foca, de la marsopa y alguna vez en el de una ballena diminuta, y el animal se lancía mas adelante, la caña se soltaba y, arrastrada por la correa, giraba formando ángulo casi recto con la dirección en que nadaba la víctima, cuya velocidad, por consiguiente, se reducía mucho y permitía al perseguidor alcanzar en su canoa al exhausto animal y atravesarlo con otros lanzazos que ponían fin a la lucha."

"Las mujeres tenia métodos propios para pescar. Usaban sedales hechos con sus propios cabellos trenzados ; cerca de la carnada ataban a la caña una piedra perfectamente redondeada con una pequeña ranura hecha ex profeso para sujetar la línea. La canoa, sólidamente amarrada a una mata de algas, tenía una borda al nivel del agua, sobre cual las mujeres tendían sus cañas. Usaban como carnada colas de pececillos, y una vez engullida por la infortunada víctima, la caña era recogida sin sacudidas. Inconsciente del peligro y sin querer abandonar su alimento, el pez se prendía en el, y en cuanto estaba a algunos centímetros de la superficie la diestra mano de la pescadora lo agarraba y lo depositaba en la cesta destinada a ese objeto. [...] Para pescar peces como el pejerrey y el robalo tenían otro sistema ... "

couteauLas conchas mas que comida también les servían para hacer herramienta.
A pesar de que ninguno de los pueblos fueguinos ha practicado alfarería, ni tejidos, los yamanas eran los mejores cesteros.

Los yamanas, como los alakalufs, mantenían permanentemente un fuego en su canoa (sobre un poco de arena). Si se apagaba el fuego, el riesgo era de una muerte por el frío. Hacer el fuego era una de las primeras tareas que hacían cuando en tierra.

Cuenta Lucas Bridges : "Los fueguinos cumplían muy estrictamente ciertas practicas sociales y, aunque el robo y la mentira eran moneda corriente, se consideraba como una ofensa mortal culpar a alguien de mentiroso, ladrón o asesino."

Cuando una mujer da a luz una niña, al día siguiente, aun en los mas riguroso del invierno, toma a la neonata sobre sus espaldas y con ella entra en el agua, sumergiéndose hasta el cuello.
Como las mujeres alakalufes, solo las mujeres yamana saben nadar, y manejan la canoa.
Dice Lucas E.Briges : "... vivían a menudo en lugares donde en una extensión de muchos kilómetros no se encontraba una playa en que fuera posible botar sus canoas al mar. Debían, por conseguir anclarlas, fuera de las rocas en el lugar mas amparado que pudiesen encontrar. Esta maniobra la realizaban las mujeres. Después de descargar la canoa y de que el hombre se hubiese internado en el bosque en busca de combustible, la mujer remaba algunas brazas hacia afuera entre las espesas algas, que formaban un espléndido rompeolas ; juntaba un haz de ramas de aquellas plantas, semejantes a cuerdas, y aseguraba con ellas la canoa, que quedaba así firmemente atada a sus raíces. Cumplida esa tarea, nadaba hacia la costa y corría en busca del fuego de su choza, para secarse y entrar en calor. Las mujeres nadan como perros y avanzan sin dificultad entre las algas. Nunca he visto a un hombre blanco que fuese lo bastante arrojado como para intentar tan peligrosa hazaña. Aprendían a nadar en la infancia ; sus madres las llevaban consigo para acostumbrarlas. En invierno, cuando las algas estaban cubiertas por una fina capa de nieve, ocurría a veces que la niñas dificultaban la natación a sus progenitoras al subirles a la cabeza para escapar de las aguas heladas."

Dice Lucas E.Briges : "... ella se había casado después con un joven de unos dieciocho años que estaba allí a su lado. Elle tenia mas de cincuenta años. Esta diferencia de edad era corriente en los matrimonios yaganes ; hasta que se aconsejaba, no solo para conveniencia de los hombres viejos, sino también para la de los maridos jóvenes, que disponían así de mujeres de gran experiencia que sabían atender a sus necesidades, aconsejarlos bien, manejar las canoas y ayudarles de muchos modos, en circunstancias en que las jovencitas hubieran fracasado."


unas palabras yamana :

Sol : Leum / lëm
Luna : Anoka / hánuxa
Noche : Lakar
Día : Maola
Hombre : Ua
Mujer : Kipa / Keepa
Uno : Kavuéli
Dos : Amaka
Tres : Maten
Cuatro : Kargá
Cinco : Kup'asprá

Tomas Bridges ha recopilado cerca de 32.000 palabras Yagán, la riqueza de ese idioma es sorprendente, no solamente por su vocabulario, sino tambien por su gramatica. Dice Lucas E.Briges : "La creencia de que eran caníbales no fué la única equivocación de Carlos Darwin con respecto a los fueguinos. Al escuchar sus conversaciones le impresiono la constante repetición de las mismas frases y llego a la conclusión de que su idioma no podía abarcar mas de un centenar de palabras. Nosotros, que le hemos hablado desde niños, sabemos que esta lengua, dentro de sus propios limites, es infinitamente mas rica y expresiva que el inglés o el español. El 'Diccionario Yagán o Yamana-Inglés', escrito por mi padre, contiene no menos de treinta y dos mil palabras e inflexiones, que podrían haber sido considerablemente aumentadas sin apartarse del idioma correcto." Agrega : "Los yaganes tenían por lo menos cinco palabras para el vocablo 'nieve' ; para 'playa' tenían mas aun ; la elección del vocablo correcto dependía de varios factores, ya sea la ubicación de la playa con relación al que hablaba, o al hecho de haber tierra o agua entre el mismo y la playa o la orientación de esta. Las mismas palabras variaban de significado de acuerdo al sitio ; así, une palabra empleada estando en una canoa tenia distinto significado que cuando se pronunciaba para describir el mismo objeto estando la persona en la tierra.
[hahshuk, playa guijarrosa, duan, playa pedregosa, lahpicun, playa fangosa, asetan, playa arenosa, wahan, playa sobre la cual se ponen en seco y se dejan las canoas...]
Para expresar relaciones de familia, los yaganes tenían por lo menos cincuenta palabras diferentes, cada una destacando alguna particularidad."

Grande riqueza se muestra también en el uso de los verbos : ata, levantar con las manos, mnikata, elevar en los brazos, kumata, elevar un objeto con la extremidad de otro, gaiata, elevar un objeto con la punta de otro, mulata, levantar una cosa con dos dedos de manera de taza...

Dice Bove (citado de A.Coiazzi) : " La lengua yagana difiere sensiblemente de la de sus vecinos, los alacalufes y los onas ; y mientras las palabras de estos últimos son duras, guturales, formadas de consonantes, las de los primeros son dulces, agradables, llenas de vocales. Esta riqueza de lengua les da a los yaganes una facilidad oratoria verdaderamente sorprendente. Mil veces vi en las chozas a varios ancianos tomar la palabra y seguir en el uso de ella horas y horas, sin detenerse nunca, sin una inflexión de voz, sin señal que revelara el menor esfuerzo en el orador."


Igual como en su idioma, la mitología de los Yamanas presenta una riqueza, una diversidad, una fantasía y una finesa increíbles, sobre todo si se compara con su nivel de cultura material o artesanal, tan rudimentario.

El mito del lobo marino :
mujer yamana
Había una vez una muchacha joven que se alejó de su casa en Wujyasima y se encaminó sola hacia la meseta, donde se puso a jugar, corriendo tras las olas en reseca y retrocediendo ante los rompientes. Un viejo lobo marino enamorado la observaba sin ser visto, y cuando una ola grande la volteó, se encontró ella con el animal a su lado. Como todas las mujeres yaganes, la muchacha era una gran nadadora, y por lo tanto intentó escapar. Pero manteniéndose entre ella y la playa y obligándola a alejarse cada vez mas de la costa, el lobo marino consiguió por fin extenuarla y ella se vio obligada entonces a apoyarse en el pescuezo del animal.
Ahora que su vida dependía de él, la muchacha empezó a sentir simpatía por su extraña escolta. Nadaron juntos durante muchas millas hasta que llegaron a una gran roca donde había una caverna. La mujer sabia que no podría volver jamas a su casa por sus propios medios, así que decidió aceptar lo inevitable y convivió con el lobo marino en la caverna. Éste le traía peces en abundancia, y como no había fuego, ella se los comía crudos.
Después de un tiempo tuvieron un hijo. Parecía un ser humano, pero estaba cubierto de pelos, como las focas. El niño creció rápidamente, y era un buen compañero para su madre, especialmente después que aprendió a hablar, cosa que nunca consiguió el viejo lobo marino. Sin embargo, era tan bueno y amable que la mujer había llegado a quererlo mucho.
No obstante, ella deseaba con toda su alma ver una vez mas su tierra y su gente. Se las arregló para que él entendiera su deseo, y un buen día los tres partieron para Wujyasima. A veces la madre y el hijo nadaban al lado de su protector, otras, él los empujaba por el agua a gran velocidad y a ratos iban montados sobre su lomo.
Por fin, llegaron a la meseta de ripio. El lobo marino se arrastró fuera del agua y se echó a descansar bajo los templados rayos del sol, en tanto que la madre, con su extraño hijito de la mano se encaminó a Wujyasima. En el pueblo se encontró con algunos parientes, que desde hacia mucho la daban por muerta. Grande fué su sorpresa cuando la mujer les contó su historia y el absurdo pequeñuelo les interesó sobremanera.
Después que se hubo tranquilizado el ambiente, las mujeres del pueblo propusieron ir en cano hacia el Este en busca de mejillones de aguas profundas y de esos erizos del mar, que tienen el tamaño y la forma de manzanas achatadas y cuyo duro cascaron está cubierto de rígidas púas que parecen clavos. La joven madre mas acompaño en la excursión, en tanto que los hombres y los niños quedaban en el campamento.
Los niños empezaron a jugar y el pequeño visitante se unió a ellos con orgullo. Los hombres, sin embargo, deseaban comer carne, y como sabían que había una foca en la playa, tomaron sus lanzas y se acercaron al viajo lobo marino y lo mataron. Cargados de carne, volvieron al poblado y asaron la carne. Los niños olfatearon el delicioso aroma de foca asada y no tardaron en reunirse alrededor del fuego. Cuando llegó el momento de distribuir la carne, se le dio también un pedazo al joven visitante, quien, después de probarla, grito encantado -Amma sum undupa (Es carne de foca).
Comiendo aun, echó a correr por el camino para reunirse con su madre, que volvía en ese preciso momento. El niño corrió hacia su madre y le ofreció el ultimo pedazo de carne que le quedaba diciendo que era muy sabrosa. Ella inmediatamente se dio cuenta de lo que había sucedido. Sacó un erizo de su canasta y golpeó con él a su hijo en la frente. El niño cayó en el agua profunda, e instantáneamente transformado en suyna, el pez de las rocas, se alejó nadando.
Las demás mujeres se dirigieron a las chozas para saborear la carne de foca asada, pero la madre se negó a comer y sola lloró al hijo perdido y al viejo y bondadoso compañero. Nunca volvió a casarse con ninguno de los de su raza.
Si se examina un syuna se advertirá que su cabeza es achatada y está marcada con los hoyitos que dejaron las púas del erizo de mar, lo cual basta y sobra para probar la veracidad del cuento."
(Lucas E. Bridges)

"Igual que muchas otras tribus indígenas, los yaganes creían que en el pasado las mujeres habían gobernado por su magia y astucia. Según lo que ellos mismos contaban, hacia relativamente poco tiempo que los hombres habían asumido el mando. Parece que se había llegado a esto por mutuo acuerdo ; no hay indicio alguno de una matanza total de las mujeres como la que ocurrió entre los onas, a juzgar por la mitología de esta tribu. No muy lejos de Ushuaia quedan restos de lo que una vez fué una vasta población, donde, según se dice, se efectuó una asamblea de indígenas como jamas se vio ni se vera igual. Las canoas llegaban de todos los confines de la tierra de los yaganes. Fué durante esa transcendental reunión cuando los hombres decidieron hacerse cargo del mando."



Fotos : (click en la foto para agrandarla)

Athlinata y su mujer
Athlinata y su mujer
(Expedición Científica Francesa, 1882)

pintandose la cara
pintándose la cara

de luto
yamana de luto
(Expedición Científica Francesa, 1882)

Kamanakar Kipa
Kamanakar Kipa, en el bote La Comanche (Expedición Científica Francesa, 1882)

mujer
joven mujer

mujeres
dos mujeres yamana
(William S.Barclay in The Land of Magellan)

2 canoas
familia Yagan en dos canoas
(Expedición Científica Francesa, 1882)

canoa y equipo de caza
canoa y equipo de caza y pesca, en la bahía Orange
(Expedición Científica Francesa, 1882)

Yagan arponeando
arponeando en la canoa
(foto A.de Agostini)

3 niños Yagán
dos chicos : Lapatchinéntsis y Chaloufyéntsis, y una chica : Chayatakara Kipa
(Expedición Científica Francesa, 1882)

chico Yagán
chico junta a la canoa
(Expedición Científica Francesa, 1882)

mujer y bebe yamana
mujer y su bebe
(Expedición Científica Francesa, 1882)

lanzamiento Yagan
lanzamiento de piedra
(Expedición Científica Francesa, 1882)

Yagán con el arpon
atando la punta del arpón a la vara
(Expedición Científica Francesa, 1882)

con el arpon
lanzando un arpón -según Lucas Bridges, ese yamana era excepcionalmente bien desarrollado- (Expedición Científica Francesa, 1882)

Yakaif
Yakaif, reclutado como interprete, junto con sus parientes
(Expedición Científica Francesa, 1882)

hechicero yamana
yámana durante entrenamiento para hechicero (Gusinde)

grupo yamana de hombres
grupo de hombres junto al fuego
(Princeton exped.1896-1899)

mujeres yamana frente a su refugio
grupo de mujeres acurrurcandose frente a su refugio, de construcción clásica : cónico, cubierto con trozos de corteza, pieles, ramas y pasto
(Expedición Científica Francesa, 1882)

familia yamana
campamento yámana
(Expedición Científica Francesa, 1882)


vivienda temporaria
(Expedición Científica Francesa, 1882)

mujer yamana
mujer yámana (Expedición Científica Francesa, 1882)

hombre yamana
hombre yámana (Expedición Científica Francesa, 1882)

pareja yamana
pareja(Expedición Científica Francesa, 1882)

mujer
esposa de Yakaif

hombre y niño yamana
(Expedición Científica Francesa, 1882)

hombre y mujer yamana
(Expedición Científica Francesa, 1882)

NOTICIAS DE ANTROPOLOGIA


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NOTICIAS DE ANTROPOLOGÍA
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FECHA: 22/01/2009: España: El antropólogo Ricardo Sanmartín Arce es nombrado miembro de la Real Academia de CC. Morales y Políticas
FECHA: 15/01/2009: Carmen Anaya publica junto a Rafael Guzmán el libro “Cultura de Maíz-Peyote-Venado”, relativo a la sustentabilidad del pueblo wixarika. También presentarán una ponencia sobre su cosmovisión en el 53º. Congreso Internacional de Americanistas, que se llevará a cabo en la ciudad de México del 19 al 24 de Julio de 2009.
Donostia, San Sebastián (España): La asociación Ankulegi celebrará en abril su XII Jornada de Antropología, dedicada al turismo27/02/2009 Click aquí para leer noticia
Barcelona (España): El Laboratorio de Antropología de la UAB organiza la jornada "Etnografía y Periferia" en el mes de mayo26/02/2009 Click aquí para leer noticia
Salamanca (España): El antropólogo José Ramón Mariño Ferro recibe el III Premio etnográfico "Ángel Carril"26/02/2009 Click aquí para leer noticia
España: "La crisis hará crecer el racismo y la xenofobia", según el catedrático Carlos Giménez23/02/2009 Click aquí para leer noticia
México: Se presenta el libro "Memoria crítica", sobre la obra de Gonzalo Aguirre22/02/2009 Click aquí para leer noticia
Fallece Fernando Cabieses, médico e investigador de medicina indígena12/02/2009 Click aquí para leer noticia
Madrid (España): Antropólogos e historiadores presentan en el círculo de Bellas Artes el libro "Iraq bajo ocupación"06/02/2009 Click aquí para leer noticia
Barcelona (España): Gambia acoge un proyecto del departamento de antropología de la UAB para abolir la ablación06/02/2009 Click aquí para leer noticia
Cuba: Se funda en Camagüey la Cátedra de Antropología Fernando Ortiz05/02/2009 Click aquí para leer noticia
Lleida (España): La Universitat de Lleida organiza las III Jornadas de Género y Desarrollo Rural31/01/2009 Click aquí para leer noticia
México: Nahayeilli Beatriz Juárez Huet gana el primer Premio Anual Gonzalo Aguirre Beltrán22/01/2009 Click aquí para leer noticia
Teruel (España): El futuro Museo Nacional de Etnografía ya tiene sede en Teruel20/01/2009 Click aquí para leer noticia
Oxford (Inglaterra) Un ambicioso proyecto crea una red de más de 24.000 académicos19/01/2009 Click aquí para leer noticia
Estados Unidos: Muere por quemaduras una antropóloga que trabajaba en Afganistán para el ejército10/01/2009 Click aquí para leer noticia
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Madrid (España): La Fundación Joaquín Costa convoca el premio de Antropología Social y Cultural, dirigido a investigadores españoles sin título de doctor19/12/2008 Click aquí para leer noticia
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Madrid: La UAM organiza jornada sobre familias diversas26/11/2008 Click aquí para leer noticia
Madrid: La Fundación Caja Madrid confirmó la inclusión de la Antropología en su programa de becas de postgrado pero no la incorporó en su convocatoria de 2009 24/10/2008 Click aquí para leer noticia
Logroño (España): El antropólogo Luis Vicente Elías elaborará un mapa sobre la cultura del vino17/10/2008 Click aquí para leer noticia
Barcelona (España): La UAB celebrará el Forum Gestión de la Inmigración y la Diversidad en Quebec y Canadá11/10/2008 Click aquí para leer noticia
Parte de las publicaciones de antropología "American Anthropologist" y "Anthropology News" serán accesibles gratuitamente a partir del año 200907/10/2008 Click aquí para leer noticia
Verín (España):La antropóloga portuguesa Paula Godinho recibe el Premio Xesús Taboada Chivite21/09/2008 Click aquí para leer noticia
Antropólogos norteamericanos difunden crónica sobre la crisis diplomática de Bolivia18/09/2008 Click aquí para leer noticia
México: El CELALI publica el libro "Comunicación y cultura en Zinacantán", disponible en acceso abierto13/09/2008 Click aquí para leer noticia
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ABRIL 2008
Madrid (España): El Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid convoca el premio de investigación histórica "Manuel de la Peña".

Salamanca (España): Se convoca el III Premio Internacional de Investigación Etnográfica Ángel Carril.

Cáceres (España): La Universidad de Extremadura acogerá la Séptima Conferencia Internacional sobre la Metáfora.

Barcelona (España): El Institut Català d'Antropologia pasa a formar parte del IEC y usará el catalán como lengua propia.
FEBRERO 2008

España: Se presenta el estudio de perfiles profesionales de titulados en antropología ocupados dentro y fuera de España.

La ISA publica un sondeo con la lista de las obras sociológicas más relevantes del siglo XX.

España: Reacción profesional ante la propuesta preelectoral del "contrato de inmigrante" realizada por el Partido Popular.
DICIEMBRE 2007

Estados Unidos: Fallece el antropólogo David Mayburym, fundador de la organización Cultural Survival.
OCTUBRE 2007

México: El diccionario de náuathl se distribuirá gratuitamente en las escuelas.

Estados Unidos: ¿Antropólogos o espias? Afghanistán e Iraq abren de nuevo la batalla académica.
JULIO 2007

Madrid (España): Se publica el estudio antropológico "Vallekas, Puerto de Mar"

Guadalajara (México): La Universidad de Guadalajara inauguró su licenciatura en Antropología

Washington D.C. (EE.UU.): La American Anthropological Association apoya la candidatura de Fredrik Barth al Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales

España (San Sebastián): Se presentan los simposiums del XI Congreso de Antropología de la FAAEE.
MAYO 2007

Londres (Inglaterra): Fallece la antropóloga Mary Douglas a los 86 años de edad.
ABRIL 2007

Madrid (España): La AECI publica la estrategia sectorial de la cooperación española con los pueblos indígenas.

Se publica la convocatoria de comunicaciones para el congreso de Kunming (China), comisión de Antropología Urbana.
MARZO 2007

El antropólogo Fredrik Barth, candidato a Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

Llanes (España): En recuerdo al etnógrafo y músico Jorge Mochales.
ENERO 2007

Talavera de la Reina (España): La Universidad de Castilla-La Mancha presenta el IV Ciclo de Conferencias de Licenciatura de Antropología Social y Cultural.

Donostia, San Sebastián (España): Se convoca la XI Jornada de Antropología Ankulegi.
DICIEMBRE 2006

Donostia (España): La asociación Ankulegi anuncia el XI Congreso de Antropología de la F.A. del Estado Español.
NOVIEMBRE 2006

Santiago de Chile: Microsoft se enfrenta a pleito contra la etnia mapuche por derechos de traducción.

Madrid (España): Condena unánime a la agresión homófoba sufrida por el antropólogo José Ignacio Pichardo.

Madrid (España): La Fundación Caja Madrid otorga el tercer premio de investigación social a equipo transdisciplinar de antropólogos.

España: el Congreso aprueba la legislación internacional más importante en materia de derechos indígenas.

Princeton (Estados Unidos): Muere Clifford Geertz a la edad de 80 años.
OCTUBRE 2006

Madrid y París: La Universidad Autónoma y L'Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales celebrarán el seminario CUERPOS EN ACCIÓN 2007 con la colaboración de la asociación AIBR.

Kunming (China): La Academia de Ciencias Chinas y la IUAES preparan uno de los mayores congresos mundiales de antropología para el año 2008.

Murió el antropólogo John Murra, padre de la etnohistoria andina.
SEPTIEMBRE 2006

Estados Unidos: Una comisión especial de la AAA redacta las directrices éticas sobre la implicación de los antropólogos en materias de seguridad.

Santander (España): La Sociedad Española de Antropología Aplicada celebra su VII congreso en el mes de diciembre.
JUNIO 2006

San Sebastián (España): El antropólogo Joseba Zulaika presentó el libro "La ceniza de ETA".

Madrid (España): La asociación AIBR celebra su I Jornada de Antropología.
MAYO 2006

Castilla - León (España): El Instituto de Estudios de Iberoamérica y Portugal abre el plazo del doctorado sobre Antropología de Iberoamérica.

Madrid (España): La Red Europea de Antropología Virtual se pone en marcha con la colaboración del CSIC y el Museo de Ciencias Naturales.

Chile: Se presenta el doctorado de antropología de la Universidad de Tarapacá.
ABRIL 2006

Chile: Se denuncia genocidio mapuche por parte de la empresa española ENDESA a través de un documental.

Madrid (España): Los departamentos de antropología de todo el país convocan a movilización el día 8 de mayo ante Ministerio de Cultura.

Madrid (España): Los derechos a la vida, a la libertad y a no ser torturados son reclamados para los simios en el parlamento español.

Buenos Aires (Argentina): Peligran las carreras de antropología y periodismo por renuncias de docentes.

Madrid (España): Julio Caro Baroja, doctor honoris causa a título póstumo por la Carlos III.

Madrid (España): John Law y Knorr-Cetina participarán en la conferencia sobre "Knwoledge and Society", organizada por el comité de Teoría Social de la AES

Oviedo (España): El miedo a "salir del armario" está más que justificado en la escuela.

Madrid (España): El Centro de Estudios Antropológicos organiza curso sobre cultura y sociedad mapuche.

Estados Unidos: Un departamento de antropología normativiza la correspondencia electrónica entre estudiantes y profesores.

Salamanca (España): La exposición "El Arte de Vivir" muestra veinte años de expediciones a Africa, Asia y Oceanía.

Madrid (España): Se convocan las bases del Premio Marqués de Lozoya 2006.

Nevada (Estados Unidos): El Centro de Estudios Vascos se convierte en lugar de consulta mundial tras el alto el fuego de ETA.

La Habana (Cuba): Se publica la primera circular de Congreso Iberoamericano de Antropología de marzo de 2007.

Francia: La antropología desaparece como disciplina en el CNRS.

Estados Unidos: ¿De qué mueren los antropólogos? Un estudio de Michael Winkelman analiza las diferencias en causas de muerte con la población nacional.

Almería (España): El Laboratorio de Antropología Social y Cultural de la UA organiza el X Congreso de Inmigración.
MARZO 2006

España: Se publica "Juicio a los humanos", la obra póstuma del antropólogo José Antonio Jaúregui.

España: Revista de Occidente dedica un monográfico a Julio Caro Baroja.

Ávila (España): La UNED presenta curso sobre antropología de Castilla y León.

Madrid (España): Antropólogos de la UAM organizan las III Jornadas de cine y sexualidad.
FEBRERO 2006
La Habana (Cuba): El Palacio de las Convenciones acogerá el I Congreso Iberoamericano de Antropología.
Estados Unidos: Equipos de antropólogos exponen los resultados de sus modelos para entender la insurgencia iraquí.
París (Francia): Cuerpo, identidades y representaciones en el cuarto seminario internacional de jóvenes investigadores del EHESS.
Castrovillari (Italia): El antropólogo Isidoro Moreno recibe galardón por sus estudios en la cultura andaluza.
Murcia (España): La localidad de Torre Pacheco organizará el II Congreso Etnográfico de Campo de Cartagena.
Barcelona (España): El Observatori de Mobbing de l'Institut Català d'Antropologia organiza Jornada sobre Violencia.
Ginebra (Suiza): El antropólogo español David Martín Castro, editor de la revista AIBR, es nombrado Experto Asociado de la Unidad de Pueblos indígenas y Minorías en la Organización de Naciones Unidas.
ENERO 2006
Bristol (Inglaterra): La EASA publica la web de su congreso bianual.
Barcelona (España): Se publica el tercer número de la revista Periferia, desde el departamento de antropología social y cultural de la UAB.
Estados Unidos: La CIA busca antropólogos para combatir el terrorismo.
Cartagena (España): Comienza el proyecto "Archivo de la imagen y la palabra", con la intención de recuperar archivos y documentos de historia local.
México: La Universidad Autonoma del Estado de Mexico y la Fundacion Mario Schneider presentarán el libro de Araceli Colin sobre Antropología y Psicoanálisis.
Oporto (Portugal): La Universidad Fernando Pessoa organiza congreso internacional sobre ciudadanía.
Asturias (España): La antropóloga y diputada mexicana Marcela Lagarde impartirá conferencias en el Instituto Asturiano de la Mujer.
Guatemala: Amenazas al director de la Fundación de Antropología Forense.
DICIEMBRE 2005
Chile: Concurso de plaza para la carrera de antropología, Universidad de la Concepción.
Salamanca (España): Se convoca la segunda edición del premio internacional etnográfico Ángel Carril.
España: Un total de ocho programas de doctorado en antropología obtienen mención de calidad para el año 2005-2006.
España: Jone Miren Hernández García, Primer Premio Marques de Lozoya.
Donostia-San Sebastián (España): Se convocan las X Jornadas de Antropología Ankulegi.
Antropólogas de la Universidad Autónoma de Madrid participan en estudio sobre homofobia en institutos de educación secundaria.
Estados Unidos: La American Anthropological Association presenta el premio Lourdes Arizpe.
Francia: Se publica el número 8 de la revista Ethnographiques.org
NOVIEMBRE 2005
México D.F.: El PUMNM Presenta libro sobre Las claves ocultas de la virgen de Guadalupe.
Madrid (España) - El Museo Nacional de Antropología reorganiza el ala dedicada a América.
Perugia (Italia) - Oxaca (México): Se convoca tel XXVIII Congreso Internacional de Americanística.
Estados Unidos: La Universidad de Yale ofrece acceso libre hasta fin de año a la base de Human Relations Area Files.
Valladolid (España): Se presenta libro en homenaje a Julian Pitt-Rivers.
Granada (España): Un equipo de antropólogas determina cómo se origina la violencia de género en los centros escolares.
Argentina: Se crea el portal "Lof", de la comunidad mapuche.
París (Francia): Convocatoria a seminario sobre "Cuerpo, identidad (es) y representaciones.
Madrid (España): Convocatoria a conferencia: Culturas juveniles, conflictualidad y pandillerismo: de Quito a Barcelona.
Barcelona (España): Un equipo de antropólogos obtiene el compromiso de Gambia para acabar con la ablación femenina.
Madrid (España): Se celebra el Primer Encuentro Estatal de Antropología y Desarrollo.
México: Convocatoria a becas para estudiantes indígenas. UNAM, México Nación Multicultural.
OCTUBRE 2005
Madrid (España): La librería "La Central" abre una sucursal centrada en Humanidades
Cuba: La Sociedad Cubana de Antropología Biológica pone en marcha la propuesta para el I Congreso Iberoamericano de Antropología
Argentina: Nace "Reverberaciones", Nueva revista de estudiantes de antropología.
Chile: Fallece el profesor Hans Niemeyer Fernández.
Madrid (España): La Casa de América inicia el ciclo de cursos del Master de Estudios Amerindios.
México: Convocado premio de investigación Arturo Warman 2005
España: Dos universidades belgas estudiarán el "milagro Allariz" en Orense.
Estados Unidos: La AAA teje estrecha la red académica tras el paso de los huracanes Katrina y Rita.
Granada (España): Se publica la web del XIII Congreso de Estudiantes de Antropología.
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miércoles

Para criticar 
la antropología occidental. 
1. Etnocentrismo y 
nueva crítica de la razón
- 
Pedro Gómez García
Universidad de Granada
-

La imagen occidental del hombre ha resultado --y aún puede serlo en mayor escala-- una de las armas más mortíferas empleadas contra la humanidad. Al definirla desde la razón griega, se pusieron en marcha sucesivamente todos los imperios mediterráneos, con una lógica de destrucción de los pueblos más débiles, tildados de irracionales y bárbaros. Siempre fue razón de estado. Luego la bautizaron con el nombre cristiano, para perseguir a los paganos antiguos y convocar cruzadas contra los infieles musulmanes.

En los tiempos modernos, al redefinir la imagen occidental del hombre desde la «razón» cartesiana, se consagró la era del colonialismo, aniquilador de las culturas llamadas primero salvajes y luego nativas, y del capitalismo, explotador de las mayorías nacionales. Los imperios mundiales se enfrentan y se relevan unos a otros, pero, sobre todo, saquean implacablemente a los pueblos de la periferia del planeta, ahora etiquetados como subdesarrollados (teniéndose el desarrollo como exponente por antonomasia de la racionalidad).

No existe ninguna fisura entre la afirmación de Descartes («yo pienso», como certeza absoluta, equivalente a «la razón soy yo») y la del rey francés Luis XIV: «el estado soy yo». Como tampoco hay contradicción en el hecho de que los máximos logros tecnológicos de esa misma razón sean, hoy, haber articulado los medios para una conflagración capaz de destruir prácticamente todas las sociedades humanas que vivimos en la Tierra.

Según esta tradición, la imagen verdadera del hombre se identifica con la propia; es una imagen centrada en uno mismo, autocéntrica --vicio cognitivo común, si no fuera por su alcance y por su potencia de choque--. Ni siquiera se concibe posible otra vía de acceso al conocimiento de lo real. Poco importa que el origen teórico de este conocimiento sea la intelección o la sensación, que defendamos el llamado racionalismo o el empirismo. Ambas hipótesis apuntan a una racionalidad necesaria y universal, de algún modo constitutiva del yo, definidora de lo humano. Por ello mismo pudo Kant compaginarlas.

El propio Kant sostenía que la razón, constitutiva de la subjetividad, de la humanidad, no sólo tiene intereses especulativos, sino también intereses prácticos, no ya en el plano de los aprioris, sino en el terreno de la vida social e histórica. De ahí que, si lossalvajesnativos o subdesarrollados no razonan conforme a la necesidad universal de nuestra razón, sea legítimo considerarlos infrahumanos. Y en consecuencia, esté justificado imponerles los intereses prácticos de Occidente, negando los intereses de ellos, con la sarcástica pretensión de que, en definitiva, será por su propio bien (!). No es --quede claro-- que Kant planteara esto en estos términos, en ningún momento; simplemente confundió la racionalidad europea con toda racionalidad posible. Al igual que Hegel pensó su concepción del Espíritu como universal, y no como la absolutización de la razón prevaleciente en la modernidad europea(1).

Pues bien, en esta clase de confusiones suele ser en la que nos movemos, todavía, respecto a nuestra imagen del hombre, al expresar nuestros puntos de vista ordinarios, pero igual cuando los políticos trazan sus programas y estrategias, e incluso en medio de los sabios discursos de científicos e intelectuales. Desde la vida privada a las relaciones internacionales, podemos sospechar con fundamento que nos (des)orientamos a través de una concepción del hombre fuertemente distorsionada, de una mirada aquejada de miopía y astigmatismo teóricos. No es de extrañar que cuanto más se habla de «racionalizar» esto o lo otro, tanto más se arbitren medios para someter a los demás, haciendo prevalecer los intereses prácticos de la propia razón particular del arroganteracionalizador.

Si conviniéramos en que lo racional es aquello que está estructurado según un orden interno susceptible de analizarse, habremos de aceptar que todo es racional, que en todo hay racionalidad. Pero también que con el orden convive el desorden, y que hay distintas racionalidades, así como diversos usos de la razón (de esa razón universal, patrimonio de la especie, cuya lógica articula y organiza cualquier racionalidad concreta). En este caso, aducir que un hombre es racional, y otro no, entraña un juicio de valor, que suele hacerse desde la referencia a la racionalidad del que juzga, cuando mejor debería hacerse desde el grado de coherencia del que es juzgado con respecto a sus propios esquemas. A no ser que nos propusiéramos ir más allá de ambos paradigmas particulares --lo que suscita otros problemas, que abordaré más adelante--, en busca de algunos criterios de validez reconocible por la universal humanidad concreta.

Toda imagen del hombre crípticamente absolutizada, y cualquiera tiende en principio a ello, se siente con derecho al dominio sobre los otros hombres (menos humanos), sobre todo si cuenta con los medios para lograrlo. Aunque no se trata de una esencia humana --a veces lo formulan así--, no cabe duda de que las imágenes del hombre subyacen en la práctica cotidiana y en la política, la inspiran, guían las relaciones interpersonales, sociopolíticas y pedagógicas. Todo proceso social incuba un proyecto de humanidad, explícito o no. Hay siempre imágenes-proyecto que configuran internamente la práctica en unas condiciones materiales dadas. Por eso, es un asunto de suma importancia. Y porque la propia imagen se convierte en el patrón de medir al otro: aquí surge la distorsión y puede temerse la destrucción.

Cuando nos referimos al extranjero, al forastero, o al vecino, o al hombre en general, difícilmente no estaremos distorsionando nuestra percepción de él, pues vivimos localmente enclavados (en un lugar no sólo geográfico, sino cultural y cognitivo). Nuestro enclave asume un privilegio de centralidad en esa percepción: se produce una valoración según la sensibilidad que nos es connatural, una proyección de las propias experiencias y conflictos, etc. Ahí radican las fuentes de la distorsión. No podemos saltarnos a la torera nuestra posición en la historia, sobre todo como contexto sociocultural, lo que incluye especialmente las prácticas reales con las que se halla vinculado nuestro discurso acerca del otro; ni la posición epistemológica, centrada en los esquemas de conocer de la propia tradición e idiosincrasia.

Las fuentes de distorsión brotan de la subjetividad o de la intersubjetividad, y pueden llevar los nombres de: egocentrismo, sociocentrismo, etnocentrismo, antropocentrismo. Su característica común es el centrismo clausurado en sí (2).

La actitud egocéntrica alude a la del individuo marcado por ese narcisismo inconsciente que presume la propia visión y criterio como la más obvia, normal, natural, razonable y justa. La actitud sociocéntrica puede referirse, con idéntica presunción, a distintos sectores o conglomerados sociales. Al sociocentrismo cultural es al que se llama etnocentrismo: esto es, el referido a un grupo humano en cuanto definido por su cultura, o bien a un área macrocultural (por ejemplo, Europa, o el Islam). Finalmente, el antropocentrismoquiere denotar la postura autoprivilegiada, frente a la naturaleza y las otras especies vivas, de la humanidad, que legitima toda profanación del orden ecológico.

Si estas centraciones preconceptuales aquejan a todos, no escapa a ellas el pensamiento occidental, ni la antropología filosófica, ni siquiera gran parte de la antropología científica. Habrá que indagar su correlación histórica con la explotación del tercer mundo y de las clases populares, con el enfrentamiento mundial entre bloques y con la degradación del planeta: resultados incontestables de una misma racionalidad, obcecada en el monólogo de su propio subjetivismo.

Dada la importancia de la imagen del hombre, y de la razón que lo esclarece, no sólo como expresión de las prácticas sociohistóricas, sino como catalizador y guía de esas prácticas, se hace urgente un cuestionamiento de nuestros hábitos de civilización, por otra parte en crisis. Urge insistir en una antropología crítica, que combata a fondo las parciales y caricaturescas imágenes del hombre (de su subjetividad y su razón), que descerraje las falsas clausuras de la «humanidad» y abra paso a la construcción teórica y práctica de un nuevo hombre, a la vez pluricultural y planetario, ese hombre aún desconocido. 
 

Sociocentrismo cultural de la razón occidental

La especie humana es una. Pero los grupos socioculturales son muy numerosos. Una etnia la constituye una población humana caracterizada fundamentalmente por su tradición cultural. Las diferencias, que estriban sobre todo en la cultura, oponen a la especie consigo misma, de modo que cada núcleo deja de reconocerse en los otros, los desconoce, los desprecia y hasta los asesina. Frecuentemente, con buena conciencia: El otro no es plenamente hombre, puesto que «lo humano» se ha vaciado de antemano en los moldes de la propia cultura. Se deduce que si yo soy verdaderamente hombre, ¿qué puede ser ese otro, sino inferior, infrahumano? Así, el derechista, que se considera a sí mismo patriota, es incapaz de ver al comunista más que como traidor a la patria.

Semejante actitud se halla extendida por todo el mundo: En diverso grado, cabe decir que todas las sociedades son etnocéntricas. No es exclusiva de los civilizados llamar bárbaros a los demás. En tribus y bandas, es también típico el uso de calificativos equiparables, para rehusar al otro el mismo grado de humanidad que uno posee. Lo que hace decir a Claude Lévi-Strauss que «el bárbaro es primeramente el hombre que cree en la barbarie» (3). Aunque, sin duda, nadie como el civilizado occidental ha llegado tan lejos en ese rasgo de barbarie, elaborando sistemáticamente toda una ideológica nomenclatura de epítetos descalificadores. Nos lo indica con clarividencia Ivan Illich: El bárbaro de la antigüedad se trasmuta en el pagano, como no cristiano que hay que bautizar; en la edad media, aparece el infiel musulmán; hasta que los colonizadores de la modernidad inventan al salvaje; para integrarlo mejor en la administración colonial, lo transforman en nativo; y finalmente, en subdesarrollado, dentro del marco económico impuesto tras la descolonización (4). Siempre, una imagen del extranjero como hombre deficitario, que necesita ser «ayudado» por Occidente.

Tal actitud obstaculiza las relaciones interculturales, planteando un doble problema. A nivel epistemológico, el conocimiento objetivo del otro hombre. A nivel ético y político, el reconocimiento del hombre por el hombre. 
 

Distorsión del conocimiento

Aquí está el origen del problema, en la falta de verdad, de objetividad, que suele padecer la mirada etnocéntrica sobre el otro. Quien conoce es necesariamente un sujeto. Para buscar la objetividad, tendrá que preguntarse si existen fuentes de distorsión en la propia subjetividad: por ejemplo, implícitas valoraciones, proyecciones o centraciones. Tendrá que detectarlas y tratar de desprenderse de ellas, así como de los estados afectivos concomitantes.

La purificación del proceso cognitivo, es decir, la busca de objetividad, exige que uno trascienda la propia subjetividad individual, egocéntrica, con su rémora de deseos, filias, fobias y angustias personales. Pero no basta. Porque también estamos condicionados por las ideologías subyacentes a nuestro sistema social, a pesar de que individualmente no seamos conscientes de ello. Formamos parte de una subjetividad colectiva, etnocéntrica, y estamos impregnados de una afectividad social, sensibilizada a valores, necesidades, intereses, objetivos. Por eso, es también menester eliminar las desfiguraciones provenientes del sujeto colectivo.

De una manera general, Roy Preiswerk y Dominique Perrot (5) denominan sociocentrismo a ese enfoque deformante, inherente a la propia subjetividad social, al grupo con el que se identifica uno. El sociocentrismo lleva consigo una referencia favorable al propio grupo (endogrupo) a la par que una referencia hostil a los grupos exteriores (exogrupos), tomando como criterio los esquemas peculiares del endogrupo.

El etnocentrismo no constituye más que una de las formas posibles de sociocentrismo: el «centrismo» cultural. Ya en 1906, William G. Summer definía el etnocentrismo como «una visión de las cosas según la cual el propio grupo es el centro de todo, y todos los otros se miden por referencia a él... Cada grupo alimenta su propio orgullo y su vanidad, proclama su superioridad, exalta a sus propias divinidades y mira con desprecio a los profanos» (6). La diferencia cultural marcada por el rasgo distintivo centro/periferia, o dentro/fuera, va investida con la valoración superior/inferior, respectivamente. Un concepto equivalente nos lo aporta el mencionado Roy Preiswerk: «En una primera aproximación, el etnocentrismo se define como la actitud de un grupo, que consiste en atribuirse un puesto central con respecto a los otros grupos, en valorar positivamente sus propias realizaciones y particularismos, lo que lleva a un comportamiento proyectivo frente a los exogrupos, que son interpretados a través del modo de pensar del endogrupo» (7). Los esquemas y la idiosincrasia sociocultural del sujeto se convierten sin más en el canon, en el metro para medir a toda otra sociedad: ocupan el puesto de la razón universal; lo usurpan.

Como las culturas se suelen escalonar y englobar en ámbitos de extensión creciente, desde microetnias a macroetnias, el etnocentrismo puede manifestarse igualmente en diferentes niveles (8). Encontramos un microetnocentrismo a escala de tribu, de pueblo, o de minoría étnica (gallegos, andaluces, gitanos, vascos, etc.); un mesoetnocentrismo, a nivel de área cultural más amplia (hispana, eslava, germánica); y un macroetnocentrismo, en la extensión más vasta de una tradición histórica (Occidente, China, el Islam, Amerindia, África Negra). Por otra parte, el prejuicio etnocéntrico puede expresarse en mayor o menor grado: sea de forma directa y declarada, como el tachar al otro de «salvaje»; sea de forma implícita, por ejemplo, al hablar de países «en vías de desarrollo», en lo que subyace una valoración superior de un modelo socioeconómico exterior, todavía no alcanzado; o bien de forma indirecta, cuando la valoración elogiosa dirigida al grupo ajeno se hace tan sólo en cuanto se asemeja al propio grupo (porque reconocemos en el otro, en su arte, en su organización, etc., rasgos coincidentes con los nuestros).

Un aspecto más del etnocentrismo radica en el hecho de que, en determinados contextos, es susceptible de adoptar una forma invertida (9). En su presentación normal, hay --como he dicho-- una referencia positiva al endogrupo, una autoglorificación, que se corresponde con una referencia negativa al exogrupo. Pues bien, a veces prevalece una versión excepcional, en la cual la referencia al endogrupo es desfavorable, de autodenigración, correlacionada con una referencia al exogrupo en términos de valoración positiva. En ambas permanece idéntica estructura, aunque cambian los signos: es el caso del colonizado que interioriza en su conciencia el punto de vista del dominador. Tampoco es menor aquí la distorsión cognitiva.

Esta deformación etnocentrista no se reduce a ser un vicio de la opinión vulgar e irreflexiva, sino que --como he señalado ya-- se infiltra hasta el pensamiento intelectual y científico. Serían interesantes análisis críticos en este sentido. Como botón de muestra, voy a mencionar aquí el conocido caso de la imagen del andaluz que proyecta José Ortega Gasset, en su Teoría de Andalucía (10). La distorsión se agrava no tanto por el tópico cuanto por el empeño de consagrarlo teóricamente, elevándolo nada menos que a categoría antropológica. En efecto, en ese escrito, el filósofo atribuye el atraso andaluz no a causas económicas o políticas, sino a la idiosincrasia del pueblo, a la estructura misma de su cultura: Sin parar mientes en la «quincalla meridional» (cante jondo y presunta alegría) que el andaluz muestra como farsa a los turistas, lo profundo de Andalucía reside en ese «darse como espectáculo» que nos «revela un sorprendente narcisismo colectivo» que llega incluso a «hacer amanerado al andaluz», ese pueblo, por ventura el más viejo del Mediterráneo, comparable al vetusto pueblo chino, y que es «de todas las regiones españolas, la que posee una cultura más radicalmente suya» (11). Un rasgo esencial de la cultura andaluza es el de «amputar todo lo heroico de la vida» --continúa Ortega--. Se trata de una cultura campesina, de cortijeros, que «de la agricultura hace principio e inspiración para el cultivo del hombre». Por ello, el pueblo andaluz desdeña la guerra, cede a los violentos: Su ideal es pacífico, propiamente «vegetativo». Y Ortega coloca este epígrafe: «El ideal vegetativo». Y explica que es esa sutil ley del mínimo esfuerzo la que guía la cultura andaluza. Ahí está la forma andaluza de existencia colectiva: la «holgazanería», que es acuñada como categoría antropológica fundamental, con que Ortega presume dar con la clave del hombre andaluz. Al pie de la letra: «El andaluz lleva unos cuatro mil años de holgazanería, y no le va mal». Esta holgazanería «ha hecho posible la deleitable y perenne vida andaluza. La famosa holgazanería del andaluz es precisamente la fórmula de su cultura» (12). Andalucía «vive para no esforzarse, hace de la evitación del esfuerzo principio de su existencia». Todo el que desee comprender bien a Andalucía necesita meditar --aconseja Ortega-- que la pereza «antes que vicio y defecto, es nada menos que su ideal de existencia». No es cualquier nimiedad: «la pereza como ideal y como estilo de cultura». Por supuesto, esta pereza no excluye por completo el trabajo, pero lo inspira y le da su aire. En definitiva: «El pueblo andaluz posee una vitalidad mínima, la que buenamente le llega del aire soleado y de la tierra fecunda. Reduce al mínimo la reacción sobre el medio porque no ambiciona más y vive sumergido en la atmósfera deliciosa como un vegetal» (13). Para tan conspicuo filósofo, este rincón del planeta es como la última reserva del Edén, donde el andaluz, «vegetal paradisíaco», deja pasar, aspirando a no hacer nada, una vida en tono menor, arraigado míticamente en su tierra... Ideal que les parece, a gentes más del norte, «demasiado sencillo, primitivo, vegetativo y pobre». Ortega dixit.

A la vista de unas tesis tan rotundas como éstas orteguianas, resulta poco menos que incomprensible --cabe redargüir-- que tamañaholgazanería haya sido pieza importante para la industrialización de Cataluña y del País Vasco, y que alrededor de dos millones de andaluces hayan sido empujados afuera, durante los años sesenta y setenta, como mano de obra eficiente para el desarrollo europeo. La brillantez literaria no disculpa la tergiversación histórica ni el escamoteo de las verdaderas causas de una indolencia que no explica nada sino que debe ser explicada por el expolio, el paro y el hambre endémicos. El éxito de una antropología andaluza de tal porte queda asegurado, sin duda, por los responsables, a quienes viene como anillo al dedo a la hora de apaciguar su mala conciencia.

Los efectos de la actitud etnocéntrica se revelan, pues, en la distorsión del conocimiento; la imagen del otro se desfigura, convertida en fantasma de la propia preconcepción, a menudo inconsciente, que baraja datos observables recomponiéndolos subjetivamente; la realidad del otro casi se reduce a marioneta con la que se representa el ventriloquio de los propios miedos y anhelos.

Cabría añadir que una estructura de pensamiento y comportamiento similar a la que aparece en el etnocentrismo es la que reencontramos --sin que deban confundirse-- en otras ideologías, tales como el nacionalismo (sociocentrismo de nación), en elclasismo (sociocentrismo de clase social), y en el racismo (sociocentrismo de «raza»). Entre ellas puede comprobarse un isomorfismo fundamental: el grupo exterior, diferente, sólo es visto desde la propia lente, de donde se sigue el conocimiento falseado y la maledicencia, la discriminación y a veces la segregación física, culminando en último extremo en la persecución y aun en el exterminio.

Por eso, no le falta razón a la sentencia que afirma que el etnocentrismo conduce al etnocidio y desemboca, no rara vez, en genocidio. 
 

Extorsión del reconocimiento

No se sabe qué sería antes, pero el hecho probado es que la distorsión teórica lleva a la extorsión práctica del otro hombre. Y a la inversa. Extorsión y distorsión se fecundan recíprocamente, engendrando una ética y una política negadora de la humanidad. Quienno conoce verdaderamente al otro, imposible que lo reconozca. Y quien no reconoce el derecho del otro a ser diferente, tampoco conoce de él más que los resortes para borrar la diferencia, para dominarlo, para destruir su identidad.

El discurso etnocéntrico ha sido siempre el discurso encubridor o legitimador de la guerra del hombre contra el hombre, desde los conflictos intertribales hasta las conflagraciones internacionales de nuestro siglo, pasando especialmente pos esos quinientos años de salvaje colonización de la civilización occidental sobre miles de culturas extraoccidentales. Por otra parte, el colonialismo interno, que supone la escisión social en clases, la marginación de regiones subdesarrolladas del mismo estado y la discriminación de la mujer, o de minorías étnicas, constituyen otras tantas comprobaciones. Todos los caminos sociocéntricos conducen a la destrucción de la comunidad humana posible, una vez que existen interacciones. La especie no se reconoce a sí misma: una fracción odia y mata a otra como enemiga. No reconoce a los demás como congéneres, y antes que nada como seres vivos (14); sobrevalora la disparidad sociocultural por encima de todo, hasta el punto de olvidar, de rechazo, la propia identidad de viviente.

No es de extrañar, en tales coordenadas, que la postura etnocéntrica halle su réplica, como última impostura, en el antropocentrismodel hombre frente a la naturaleza, que lo aboca a la profanación de los elementos y a la destrucción también de ritmos y ciclos de los ecosistemas naturales. Una lógica demencial parece compeler a las etnias más poderosas de la tierra a socavar los cimientos que nos sustentan en la biosfera, perpetrando, más allá aun del etnocidio y el genocidio, un monstruosamente colosal ecocidioplanetario.

Sin ofrecer recetas inexistentes, el antídoto indicado para la distorsión del conocimiento habrá de incluir el conocimiento de la distorsión; y para la extorsión del reconocimiento, el reconocimiento de la extorsión que de hecho existe.



Notas

1. Para una revisión crítica del paradigma antropológico dominante en la filosofía europea, desde la Ilustración hasta el siglo XX, incluyendo sugerentes intentos de superación puede consultarse mi capítulo «La antropología filosófica como antropología negativa», en Jesús Muga y Manuel Cabada (coord.), Antropología filosófica: planteamientos. Madrid, Luna, 1984: 193-208. Constituye un preámbulo algo más amplio a la problemática de este artículo.

2. Cfr. Roy Preiswerk y Dominique Perrot, Ethnocentrisme et histoire. Paris, Anthropos, 1975.

3. Claude Lévi-Strauss, Anthropologie structurale deux. Paris, Plon, 1973: 384.

4. Ivan Illich, «Alternativa al desarrollo», El viejo Topo, nº 44, mayo 1980: 8.

5. Cfr. Roy Preiswerk, op. cit.

6. William G. Summer, Folkways. New York, Ginn, 1953: 18.

7. Roy Preiswerk, op. cit.: 49.

8. Ibídem: 50-51.

9. Ibídem, consúltese el esquema que trazan los autores, en la pág. 59.

10. José Ortega Gasset, «Teoría de Andalucía» [1927], en Obras completas, tomo VI. Madrid, Revista de Occidente, 1952: 111 y ss.

11. Ibídem: 113.

12. Ibídem: 116.

13. Ibídem: 118.

14. Cfr. Claude Lévi-Strauss, Le regard éloigné. Paris, Plon, 1983: 45-48 y 374-375.



Resumen

Para criticar la antropología occidental. 1. Etnocentrismo y nueva crítica de la razón 

He aquí una revisión crítica de la racionalidad y la filosofía predominantes en Occidente. Su pretendida universalidad aparece lastrada por un sociocentrismo que distorsiona la percepción y la acción con respecto a los otros. A nivel epistemológico no se logra el conocimiento objetivo del hombre de otra cultura. Y a nivel ético y político, fracasa el reconocimiento del hombre por el hombre.

Abstract 

Criticizing Western Anthropology. 1. Ethnocentrism and the new critic of reason  

A critical revision of the rationality and the philosophy dominant in the West is given. The West´s sought-after universality appears ballasted by a socio-centrism that distorts perception of and action towards other cultures. On an epistemological level, objective knowledge of other human cultures is not achieved. And from an ethical and political perspective, the recognition of humans by humans fails.

Para criticar 
la antropología occidental. 
2. Miseria de la razón, razón de la miseria
- 
Pedro Gómez García
Universidad de Granada
-

Es fácil comprender que el etnocentrismo de la razón haga que ésta se resuelva en un monólogo: acaba no hablando más que consigo misma, en ausencia de interlocutores reconocidos. La constante anámnesis de sí misma, efectuada por la razón etnocéntrica occidental, va aparejada con la permanente amnesia de aportaciones que la constituyen, provenientes de otras civilizaciones más antiguas: Mesopotamia, Egipto, Persia, India, China. Una autosuficiencia ilusoria refuerza la tendencia al monopolio de la razón, como si ésta fuera atributo de Occidente y de nadie más.

Ciertamente hubo, en la Grecia antigua, un significado de la razón, del logos, como discurso compartido, como palabra que armoniza las relaciones sociales, incluso como proyecto (sentido asimilable al que le da el cristianismo primitivo). Cada cual posee su razón y la expresa con su palabra, de manera que, en lugar de enfrentarse violentamente, unos y otros renuncian a la violencia, oponen sus discursos, argumentan, dialogan en busca de una razón discursiva capaz de convencer a todos. Lo razonable está en alcanzar la armonía social, llegando hasta una armonización con el mundo y con el ser. No se parte de la razón, sino de razones plurales, particulares y parciales, para ir ascendiendo a la razón en la que todos se reconozcan. Esta racionalidad abierta podía haber despejado el camino para una civilización cosmopolita; pero los avatares de la historia, hasta el día de hoy, han desviado la definición de la razón por otros derroteros. Lo predominante ha sido que «si yo tengo razón, tú no puedes tenerla». Y todo el empeño se ha volcado en tratar de demostrar la validez absoluta de la propia, sea como razón subjetiva, sea como razón objetiva, de donde se concluirá explícita o implícitamente la invalidez de la ajena. Al monólogo ha sucedido el monopolio, y la razón uncida al poder ha hecho que, en la crudeza de los hechos, sea el poderoso el que siempre ha tenido razón.

Los hombres no hemos avanzado hacia un verdadero proyecto de humanidad, sino que al planeta entero le han impuesto y le imponen el proyecto eurooccidental, con su tipo peculiar de (sin)razón, de (in)humanidad, de (anti)humanismo. 
 

Razón como subjetividad

La razón radica en el hombre, según este enfoque. Es decir, el hombre está constituido por la razón como sujeto libre. La racionalidad representa su capacidad específica e irreductible, que él es o desarrolla, mediante la cual puede conocer el mundo, comprenderse a sí mismo, proyectar su modo de vida y realizarlo, en el cuadro de las posibilidades existentes o preparadas por su esfuerzo.

Pero este hombre racional ¿designa a la humanidad universal? No. Y ahí está el problema. Lo han identificado con el «yo» de una tradición cultural, contrapuesto al de las otras; y esa razón constitutiva la han ido definiendo de forma cada vez más descarnada y hasta esquizoide. Han creído que la moderna subjetividad europea equivalía sin más a la subjetividad humana.

Así, pues, la génesis de la crisis se remonta, sin duda, al humanismo renacentista que, a su vez, nos remitirá a la antigüedad romana y griega: la historia del etnocentrismo occidental. Encontramos hitos importantes en el despliegue de la filosofía de la subjetividad, en conceptos tales como el yo pensante cartesiano, la mónada leibniziana, el yo trascendental u ontológico de los idealistas, el yo existencial... Se suele citar a René Descartes como fundador moderno del punto de vista racional subjetivo, por haber tomado como punto de partida el «yo pensante» (1). Sin embargo, es la filosofía crítica de la Ilustración la que lleva a cabo una ruptura radical, colocando al hombre como centro de la realidad, y su (peculiar) razón como supremo árbitro.

El pensamiento ilustrado dota a la razón de un carácter crítico y científico, y le asigna la tarea de la emancipación del hombre. Conlleva simultáneamente las dimensiones subjetiva y objetiva, aunque ya aparece una acerada pugna por ver cuál de las dos prevalecerá. Todos convienen en que la razón es la suprema facultad humana. Immanuel Kant trata de establecer el estatuto teórico y práctico de esa razón, con su racionalismo crítico (2): Es preciso --plantea-- constituir al hombre sujeto del conocimiento y la acción, rigurosamente; no el hombre empírico, sino el sujeto abstracto, el yo trascendental, cuyas condiciones de posibilidad quedan definidas por el conjunto de las formas, postulados e imperativos a priori, y universales, de la razón. Ésta ocupa el centro, pese a su finitud: el hombre está constituido sujeto consciente, que conoce la realidad y, al mismo tiempo, sujeto libre que va determinando autónomamente su práctica.

De Kant al racionalismo total de Georg W. F. Hegel (3), la subjetividad se infla de tal manera que ya no corresponde a la razón finita, al individuo, sino a una razón infinita, absoluta, de la que la razón humana es tan sólo un paso y un medio finito. La antropología resulta absorbida en la lógica de la razón universal. No hay más subjetividad que la del espíritu absoluto: subjetividad y objetividad se interconvierten; se pasa dialécticamente de la razón objetiva a la subjetiva, y a la absoluta. En el hombre sólo hallamos una manifestación momentánea de la Razón, cuya necesidad apremia tanto al saber como al actuar humanos. Ninguna incitativa parece restar a la conciencia ni a la libertad, pues toda subjetividad queda asumida por la dialéctica de la totalidad, reabsorbida en la absolutez de la Razón, apresada en un sistema cerrado. Todavía quiere Hegel mantener el papel emancipador de la razón, cuando la verdad es que la ha transmutado en carcelera de los hombres: La razón realizada en el estado no deja de consagrar la razón de estado; la razón absoluta, el poder absoluto; la lógica de la totalidad, el totalitarismo. Así lo denunciarían luego, con muy diversas voces e implicaciones, pensadores como Kierkegaard, Feuerbach, Marx, Nietzsche, Freud, Horkheimer, Levinas...

¿Dónde ha ido a parar la subjetividad humana? ¿Acaso habrá que volver a Kant, el que mejor defendió la irreductibilidad del hombre, formulando las estructuras del espíritu humano? La dificultad estriba en el hecho de que, como observa Claude Lévi-Strauss(4), la antropología kantiana arranca de una reflexión introspectiva o, a lo más, del estudio del saber desarrollado en la sociedad y la civilización donde vivió Kant. Por no haberse situado en la perspectiva de la inmensa heterogeneidad sociocultural, para extraer los mecanismos comunes a todo entendimiento, sus análisis sólo pueden resultar valederos para el caso analizado: La razón pura kantiana no refleja con exactitud más que el modo de proceder la razón europea coetánea; no responde al «entendimiento universal», sino al «entendimiento colectivo» de una sociedad y una época.

En definitiva, este último aserto cabe hacerlo extensible, mutatis mutandis, a Hegel. Y a mayor escala, a la filosofía occidental de la subjetividad, de Wilhelm Dilthey a Henri Bergson, de Edmund Husserl a Max Scheler, a Karl Jaspers, a Jean-Paul Sartre, pasando por José Ortega y Gasset, y muchos otros, puesto que toda ella incurre en la parcialidad señalada: No rebasa el etnocentrismo cultural de Occidente.

Es verdad que, más allá las definiciones del hombre como subjetividad, como conciencia y libertad, en sentido metafísico, o formal, o existencial, algunos comenzaron a dar cabida a informaciones de las ciencias empíricas, tratando de combinar los datos positivos con la reflexión filosófica. Tal sería, según François Châtelet (5), el proyecto de Wilhelm Dilthey, con su complementariedad entre explicación y comprensión; el de Herbert Spencer, con la extrapolación del darwinismo a la descripción de unas leyes universales del desarrollo social y cultural; el de Henri Bergson, al querer superar las ciencias experimentales que estudian el hecho social, por medio de la referencia a una realidad más profunda e irreductible: el hombre libre que trasciende las determinaciones. Podemos ver ahí los penúltimos baluartes de la subjetividad humana occidental, frente al acoso de lo objetivo. Resuena el eco lejano de la doble sustancia cartesiana: extensión y pensamiento; que parece tentar a un gesto salomónico de dividir la criatura y retener sólo una de las mitades, por ejemplo la física, rechazando la metafísica. O lo que viene a equipararse: optar por la objetividad, con un talante crecientemente positivista, y marginar pudorosamente toda subjetividad.

Tal es el desgarramiento de la razón moderna, entre lo subjetivo y lo objetivo, permaneciendo siempre como razón ella misma desgarrada, oscilante sólo entre las abstracciones de la intimidad y la libertad, y las generalizaciones de la legalidad necesaria, la cuantificación, la manipulación. 
 

Razón como objetividad

Aquí, la razón abandona al hombre; es puesta fuera de él, en el cosmos, en la naturaleza, en el ser; estriba en un orden físico o metafísico, en sí, y desde allí determina al «sujeto», que de suyo se disuelve como mera ilusión. Al hombre habrá que explicarlo desde otro orden, y por tanto queda privado de especificidad y autonomía, en cuanto fragmento de ese orden físico o metafísico, en cuyo determinismo o razón se agota.

En la larga pugna entre la objetividad metafísica y la empírica, parece ser que acaba ganando la partida el positivismo; aunque ambas descansan en el mismo fundamento, e inconfesadamente se remiten una a la otra. Los conceptos de la filosofía de la objetividad, como el de esencia, sustancia, naturaleza, idea, hallan su correlato físico en las leyes naturales, e incluso en las leyes dialécticas que naturalizan la historia; también, en los conceptos más recientes de sistema y de estructura. La esfera de la razón, originariamente mecánica, engloba en sí el mundo de los juicios de hecho, relegando los juicios de valor a la esfera del irracionalismo. Instaurada esta disyunción, no se trata ya de saber acerca del hombre, para afirmarlo y liberarlo, pues de él no queda nada, al haberlo disuelto, sea por arriba (en determinaciones del ser), sea por abajo (en determinismos físico-químicos). El prestigio inviste ahora a la ciencia, en sentido estricto y positivo, como saber institucionalizado y exterior al hombre, que lo somete a leyes extrahumanas: La libertad se desplaza a lo irracional, o se vacía de significado, al concebirla como conocimiento de la necesidad.

Este dominio de la razón científica viene cimentándose desde el siglo XVI, cuando la razón se alía con la técnica. Lo incuestionable pasa a ser el hecho empírico, disciplinado con el rigor matemático. Hay una constante y fecunda ida y vuelta entre razón y experiencia, junto a una descalificación epistemológica de todo lo que escapa a esta circularidad, tachado de ideología. Lo real y racional es el dato, el orden objetivo de las cosas, en el que el hombre (si todavía cabe hablar así) constituye un objeto más, o ni siquiera eso. De manera que el «sujeto» se esfuma como engañosa apariencia de cierta clase de objeto; carece de legalidad propia; no es menos instrumentalizable que cual-quier otra cosa. Esta racionalidad no es ya la racionalidad del hombre, claro está, sino la racionalidad del sistema: la impuesta en las sociedades llamadas occidentales. Es la razón formal, instrumental, valorada por su grado de operatividad. La vemos materializada como racionalidad industrial, cuyos intereses prácticos coinciden con los de la producción mercantil (racionalidad definida por la rentabilidad), y cada vez menos con las necesidades de los individuos o las sociales. Su mayor triunfo radica en el progreso tecnológico, que nos empuja hacia un mundo cuya estructura «racional» exige la inmolación de la libertad del individuo y de lo espiritual, como sostiene Max Horkheimer (6). Aquí ha logrado su realización más sólida la razón ilustrada, en el desarrollo científico-técnico, por encima de las otras dimensiones que originariamente integraban su concepto; el dinamismo técnico ha ahogado al utópico, obrando una grave reducción de la razón: Otra reaparición más del avasallador etnocentrismo.

En coherencia con ese ideal de la razón objetiva y operativa, el conocimiento del hombre por parte de las ciencias sociales y humanas se esfuerza denodadamente por despojarse de lo que François Châtelet llama «ideología antropológica», poniendo en tela de juicio todo humanismo: «Los desarrollos recientes de la etnología, de la sociología, de la historia misma, muestran que estas disciplinas han visto que sus progresos científicos hacían necesario el abandono del privilegio otorgado al mismo tema antropológico: el hombre... Otra revolución copernicana está a las puertas» (7). Es la negación del hombre, estribillo común del sistemismo y el estructuralismo y el cientismo, tan repetido como precondición de todo saber objetivo.

La epistemología antihumanista de Louis Althusser resulta bien elocuente: para pensar la realidad social, el concepto de hombre aparece «inutilizable desde el punto de vista científico» (8); representa un residuo ideológico que hay que depurar, a fin de abrir paso a la teoría verdaderamente científica. En ésta, el hombre concreto no encuentra su concepto, dado que lo real es su estructura definida teóricamente; mientras que la praxis se plantea como conocer las estructuras y adaptar a ellas los acontecimientos: «de ahora en adelante, los hechos de la historia humana pueden ser dominados por la práctica de los hombres, porque están sometidos a su captación conceptual, a su conocimiento» (9). De nuevo, la «libertad» como mera conciencia de la necesidad: y una ética vergonzante de obediencia a la estructura, al orden no humano de hechos y leyes independientes del hombre. Concede Althusser que las ideas del humanismo real o socialista pueden «servir de consigna práctica», les corresponde la función de guiar la práctica, aun careciendo de atributos teóricos; pero, entonces, ¿para qué la teoría, el afán de imponer «su nombre científico»? ¿Sólo para uso del poder que, así, legitima las consignas que de él mismo emanan? La función teórica, disociada de la función práctica, se desliza hacia una ortodoxia casi dogmática, que menosprecia los fines humanos, por ideológicos, y reifica al hombre y su historia en un juego de estructuras objetivas que determinan a uno y otra. ¿Quizá la práctica no sirva para nada?

Para este objetivismo, en efecto, el hombre ha muerto. Como lo proclamara Michel Foucault, hay que despertar del «sueño antropológico», porque una ruptura epistemológica nos separa de aquella época en que aún era lícito hablar del hombre. A quienes todavía persisten en usar ese lenguaje, ese modo torpe de reflexionar, «no se puede oponer otra cosa que una risa filosófica» (10). No es posible ya un saber del hombre, subjetividad irrisoria, sino tan sólo del sistema y su doctrina irrefutable, el sistema absoluto y nihilista. El lenguaje habla del lenguaje, la razón de la razón, sin que quede hueco para un quién, ni referencia a un de qué. El hombre es pura ficción. El sistema, autosuficiente. Es nadie que habla de nada, eso sí, con el máximo rigor. Resulta enormemente lúcida la crítica que contrapone Henri Lefèbvre a ese proceder de Foucault: «En él, el lenguaje (sistemático y creador de sistematizaciones) sustituye a la historicidad considerada putrefacta. Pasa del estructuralismo al sistemismo y de una estructurología a una sistematología» (11). El sistema no es sólo un modelo que inteligibiliza lo real, sino que viene a sustituir a lo real. El lenguaje se refiere exclusivamente a sí mismo, se convierte en seco metalenguaje, evacuando toda realidad. Se ha volatilizado la función referencial del lenguaje, al clausurarse éste en su propio hermetismo. Sólo queda el sistema. «Lo que había de viviente --el proyecto del hombre, la idea de libertad-- ha desaparecido» (12).

Así, el sistema «es la reificación misma». «Es la alienación suprema en tanto que borra la huella de la alienación, el sentimiento y la conciencia del desgarramiento de sí mismo...» (13). Semejante suplantación de la realidad concreta, social, histórica, por la presunta «objetividad» del sistema, su racionalidad absoluta, debe ser criticada desde el análisis de la articulación de cada sistema con sus condiciones históricas y con la práctica de los agentes sociales. Un sistema nunca se explica adecuadamente a partir de su causalidad formal, ni al margen de los grupos o clases sociales que lo hacen objeto de su estrategia. Se trata de rescatar no sólo la referencia del lenguaje más allá del código, a lo denotado, sino también la incidencia de la realidad o la práctica referida (el acontecimiento) en el orden de los sistemas, por medio de sus mutaciones y --posiblemente-- de opciones humanas.

De nuevo nos tropezamos con el hombre y con el problema de la antropología. Los intentos por dotar a ésta de la mayor objetividad, depurándola de ideología, parecen abocados a sumirla en otra ideología (el antihumanismo), igualmente inepta para conocer lo humano. Éste es también, quizá, el destino de la tentativa de Maurice Godelier, con su antropología a la vez marxista y estructuralista. El hombre está constituido por el conjunto de sus relaciones sociales (tesis 6ª de Marx contra Feuerbach): salvo que Godelier las entiende como un entramado de estructuras. Si esto es así, tras la reducción estructural, ¿queda algo de «el hombre», aparte del nombre?

Es perfectamente encomiable el programa de Godelier, de cuestionar los postulados ideológicos del antropólogo, llevando a cabo una crítica radical del contenido ideológico de la antropología y la historia, en busca de un nuevo planteamiento, tanto del contenido científico como de la práctica sociohistórica. Rechaza, para ello, lo que le parece el presupuesto acrítico más común: «el postulado de la existencia de una 'verdadera' esencia del hombre», desde la cual juzgar si el hombre se realiza o se aliena. Es menester negar tal ideología. Pues «no existe una verdadera esencia del hombre que se pueda situar ya sea en el pasado o en el futuro o en el presente (...) Y dado que no existe una 'verdadera naturaleza' humana, el antropólogo no está investido de la tarea privilegiada de penetrar en su secreto» (14). No hay que buscar lo inexistente. Y si no existe, no cabe enjuiciar nada desde ahí. Es preciso pasar de la ideología a la ciencia. El camino a seguir no es el de «una ideología normativa de la esencia del hombre», sino el de «una verdadera ciencia de la historia y de sus necesidades, que no son 'naturales' ni 'eternas'». Esta ciencia, a partir de la cual podrá el antropólogo justificar o criticar (verdadera y objetivamente) las transformaciones sociales, conlleva una serie de condiciones. Exige combinar y articular entre sí historia y antropología, y superar sus planteamientos ideológicos subyacentes, proporcionando los medios para su nuevo contenido científico; estos medios --piensa-- son los que ofrece el marxismo, para explicar las condiciones objetivas de la aparición, reproducción, transformación y desaparición de las estructuras. Porque, en este enfoque científico, sólo tienen consistencia esos «distintos conjuntos articulados de relaciones sociales que constituyen el contenido de la historia, que son de hecho el Hombre» (15). No queda muy claro (se podría objetar con razón) por qué seguir hablando del hombre, cuando sólo es real el proceso estructural, la causalidad estructural. Pues parece que la objetividad esencialista ha sido sustituida por la objetividad estructuralista, pura y simplemente, con eclipse total del sujeto.

La antropología estructural de Claude Lévi-Strauss ya había sido adelantada en esa exigencia de objetividad para las ciencias del hombre: Las estructuras inconscientes son el lugar epistemológico privilegiado, frente a esa conciencia que es la «enemiga secreta» de las ciencias humanas. Pero, al menos, Lévi-Strauss insinúa a veces ciertos matices (de los que ni él ha sacado todas las consecuencias), que moderan el alcance metodológico del estructuralismo, como cuando distingue entre niveles estructurales y niveles probabilistas de la vida social, o cuando admite que hay diversos niveles de realidad y diversos niveles de observación (16), o cuando reconoce el posible papel del sujeto humano no sólo en la toma de conciencia sino en la adopción de tales o cuales soluciones estructurales, según él mismo llega a manifestar: «Es posible que en mi trabajo pasado haya tratado de evadir este problema, apelando de forma apresurada a los procesos inconscientes (...)». Estructuras como las del parentesco «lejos de ser el resultado reciente de procesos inconscientes, se me aparecen ahora como verdaderos descubrimientos, como el legado de una sabiduría antigua»; pueden deberse «más bien a una reflexión madura y equilibrada, en lugar de ser la consecuencia de procesos inconscientes» (17). Es innegable que el hombre sujeto puede desempeñar un papel, a veces decisivo, en la configuración de la realidad social, por medio de sus «esfuerzos más o menos conscientes, pero innumerables, acumulados por la historia y que miran todos al mismo fin...» (18). Estas vacilaciones resquebrajan, sin duda, los esquemas tópicos del estructuralismo; más allá de la ilusión positivista, deja atisbar otras vías legitimables de acercamiento al problema del hombre.

Una antropología científica que, por querer ser objetiva para explicar al hombre, «lo mata» teóricamente, luego ni a duras penas logrará saber si obra como emancipadora o como verdugo; porque todo se vuelve necesidad histórica, ineluctable ley, determinación estructural, y no le cabe otra opción. La razón moderna, que constituía al sujeto, ha ido convirtiéndose en razón positiva que lo aniquila disolviéndolo en estructuras: en algo correspondiente al mero dato, a la mera cosa, sin valor. Lo cósico devora lo humano. El intento de objetividad total resulta fallido, al menos en su objetivo último de comprender al hombre. ¿Sólo en su conceptuación como sujeto? No; pues despeja el camino para la agresión práctica a los hombres de carne y hueso, en definitiva despojados de estatuto teórico y de realidad ontológica. 
 

Razón homicida: la sinrazón

Estamos mostrando cómo el proyecto del hombre eurooccidental, expresado en el registro histórico de su pensamiento, coronado gloriosamente en una Razón rica de ideales y ambiciones, se yergue al tiempo sobre una abyecta estela de descalabros. Desde el enfoque que nos guía, es el tributo a un etnocentrismo con medios materiales para ser consecuente en los hechos. La miseria de la razón etnocéntrica crece en proporción a su poderío real, económico y militar, razón de la miseria mundial.

El ideal de la razón ilustrada apuntaba a la liberación del hombre; pero aquélla y éste --a escala europea-- no abarcan la universalidad pretendida, ni el conjunto de las diferentes razones, correlativas a la diversidad de los hombres. Muy al contrario, los negaba absolutamente. De lo cual se derivaba una razón contra el hombre y un hombre sin razón.

Tanto en su forma subjetiva como en su forma objetiva, encontramos dos caras de lo mismo, de la misma razón occidental (19): Los dos ganchos de las tenazas que aplastan a las otras razones no occidentales, e incluso a toda razón diferente surgida en su seno, sometiéndolas a un proceso de conquista, división, manipulación política, invasión cultural, toda clase de violaciones.

Una vía y otra completan la estrategia mediante la cual ha llegado a estar realizada, en nuestro siglo, la razón occidental. Aquella idea del hombre, racionalmente fundada, incubaba el proyecto troquelador del curso histórico de los últimos siglos. Ha sido la imagen del hombre que, en la dimensión práctica, ha ido vinculada al proceso de dominación de Occidente sobre la naturaleza, sobre las otras culturas, sobre los pueblos y clases del interior. La razón fundante se atribuye a sí misma la jurisdicción sobre la realidad, el derecho de dominio: el «conocer para dominar» cartesiano. Esta razón definitoria de lo que es invalida el derecho a la existencia de lo que no se ajuste a su dictamen; y como ella encierra en sí todo derecho, tiene derecho a todo, de modo que el poder que asume la misión de instituirla no encuentra objeción para convertirse en poder totalitario. Así puede leerse a Hegel y entenderse la política moderna y contemporánea. De ahí que racionalizar equivalga fácticamente a integrar en esa razón propia, a dotar de estatuto «ontológico» y jurídico dentro del sistema dominante, es decir, anexionar en y para la totalidad las parcelas naturales y socioculturales que aún gocen de vida autónoma. Una razón y un derecho que arrastran consigo el prejuicio y el perjuicio: una práctica que prejuzga y perjudica a todo otro.

La realización de esta razón queda plasmada en la industrialización, la burocratización y la aculturación crecientes, como caos y orden, en nuestro planeta, generando amenazas para la vida y para la misma humanidad. Como si hubiera un fatal encadenamiento desde el momento ilustrado, partiendo de la proclamada razón emancipadora del hombre, el momento hegeliano, en que la razón enfeudada en el estado parece más bien su carcelera, hasta llegar al momento positivista o tecnocrático, en el que se la ve venir con el hacha agresiva del talador, con la negra capucha del verdugo de masas, razón (?) sin rostro humano.

Los resultados del industrialismo distan de ser el cuerno de la abundancia, augurado, para todos los pueblos de la tierra. Laconquista de la naturaleza ha alcanzado todos los rincones, ha desvelado casi todos sus resortes, con el ideal de eliminar la «necesidad». Pero no sólo no lo ha logrado, sino que la macroherramienta creada por las revoluciones industriales desencadena graves peligros de devastación, contaminación, destrucción de los equilibrios ecológicos, agotamiento de los recursos... Un antropocentrismo, respecto a la naturaleza, que no tan a la larga se está revolviendo contra el temerario explotador: Baste evocar las copiosas denuncias de científicos sobre este asunto, o los tan ponderados como desoídos informes al Club de Roma, o las investigaciones de Ivan Illich y otros (20).

La consumación del ecocidio implicaría ineluctablemente el suicidio masivo de la humanidad. Sin llegar hasta ahí, el esquema moderno de conquista de la naturaleza ya viene siendo nocivo para la mayoría de los hombres. Pues ese mismo esquema racionalde dominación y explotación es el que se ha aplicado eficazmente a las relaciones interétnicas y sociales. En primer lugar, aparece en forma de explotación del colonizado por el colonizador (etnocidio y genocidio: como el millón de indígenas fallecidos en las minas del Potosí, o los millones de negros transportados a las Antillas y Norteamérica como esclavos, o las matanzas de judíos y otras minorías). Occidente, el denominado mundo desarrollado y su proceso de industrialización, se ha forjado en virtud de la relación desigual mantenida con las sociedades no occidentales (21), mediante la apropiación de los recursos y la plusvalía de esos pueblos. Luego, en segundo término, el mismo esquema del colonialismo se impone en el interior de las metrópolis occidentales: y ahí está el capitalismo. La misma fracción de la humanidad que esquilma la naturaleza es la que destruye las otras culturas y saquea a su propio pueblo.

Tanto el ecocidio como el etnocidio exterior e interior son lógica consecuencia real de esa irracionalidad, que aún no ha agotado su potencial destructivo, aunque no cesa de avanzar en el imperialismo hacia fuera, y hacia dentro en el totalitarismo. Algunos hitos de su destino cabe vislumbrarlos en los campos de exterminio nazis, pero también en los gulags soviéticos, en la carrera armamentista de las superpotencias, en el control publicitario y la informatización de la vida... Es como si la Ilustración estuviera naufragando en el más demente oscurantismo, pervertida su iluminada razón en sinrazón tenebrosa.

Resultan, en este sentido, clarificadoras las críticas llevadas a cabo por la escuela de Francfort, con respecto a la razón ilustrada. La teoría crítica desvela lo esencial de la Ilustración occidental en las sociedades industriales y tecnocráticas; por tanto, con una amplitud tal que abarca no sólo el sistema capitalista sino también el socialismo soviético, volviéndose contra ambos. El «pecado original» está en el ambiguo dinamismo de la razón ilustrada, como pone de manifiesto el estudio sobre Max Horkheimer elaborado por Juan A. Estrada (22): El control progresivo sobre la naturaleza la explota y la pone al servicio de las necesidades humanas; pero este proceso de dominación «lleva tanto a la emancipación del hombre basada en el progreso científico-técnico cuanto a su autodestrucción. Horkheimer establece la negatividad de este proceso a un triple nivel: la naturaleza se convierte en 'materia prima', en objeto de la explotación del hombre; el dominio sobre la naturaleza revierte a su vez en la sociedad, en la opresión sobre el hombre, y además determina el proceso de cosificación del individuo, que deja de considerarse como un singular autónomo para convertirse en miembro de la colectividad, pierde su propia subjetividad y conciencia crítica para identificarse con la sociedad y sus valores» (23). El despliegue de razón científica que condujo hacia la técnica ha producido una sociedad tecnificada, extremadamente irracional. Al absolutizarse esa razón científico-técnica, se absolutiza la razón del dominio, que Max Horkheimer denomina razón instrumental. Lo característico de esta «razón instrumental», calculadora, eficaz, estriba en tender a la máxima racionalización de los medios sin precaverse frente a la máxima irracionalidad de los fines.

Todo gira en torno a un proceso sin finalidad humana, donde la sociedad entera se tecnifica y se convierte en mercado. El poder controla su funcionamiento, por medio de la violencia del desempleo o del hambre, o de la tortura, o de la droga del consumo destructivo, u otras maneras de integración ideológica.

Queda claro que la razón técnica, como demuestra Horkheimer, no es neutra, sino que predispone a la explotación de la naturaleza y del hombre. La fe optimista en la validez del progreso científico y técnico para la emancipación del hombre resulta ser una fe ciega, puesto que, amputada de otras dimensiones (crítica, ética, utópica...), nos ha arrastrado a la alienación social y al borde de la autodestrucción.

En este análisis y valoración coincide uno de los profetas fustigadores de nuestra civilización, Roger Garaudy. Para él, la cultura occidental ha crecido como una cultura fáustica, caracterizable por la primacía de la potencia (según el ideal sofista de tener los deseos más ambiciosos y hallar los medios de satisfacerlos); segundo, por la primacía del concepto (que sólo considera real lo que es reducible a términos cuantificables, en el marco de una teoría científicopositiva); y tercero, por la primacía del infinito malo (como paradigma del desarrollo): «Nuestro modelo de sociedad occidental ha llegado a desembocar en un crecimiento continuo, en el que producir cada vez más y cada vez más rápidamente cualquier cosa --sea útil, inútil, nociva o incluso mortífera-- se ha convertido en sinónimo de progreso». De ahí que la ciencia y la técnica occidentales resulten ser un monstruo de irracionalidad. Se trata sin duda «de una tecnología racional en sus detalles, pero monstruosamente irracional en su funcionamiento global». Pone en marcha una inmensidad de medios potentes, a la par que muestra su impotencia para subordinarlos a fines verdaderamente humanos y racionales. Es lo que nos atestiguan los portentosos adelantos en el arte de la guerra (con 800 mil millones de dólares en gastos de armamento, en 1984, equivalentes a unas cinco toneladas de explosivos por cabeza); el culto a la violencia como maestra de la vida (por ejemplo, en el equilibrio del terror entre las grandes potencias); el agravamiento de la miseria en los pueblos pobres (con cincuenta millones de muertos por hambre, cada año, en el llamado tercer mundo), junto a las «tensiones inevitables, debidas a los intercambios desiguales, las dominaciones arcaicas, la negación de la identidad cultural de los demás, el racismo, y en conjunto ese rechazo de la comprensión de los demás que acaba por engendrar miedo y desprecio» (24). De poco sirven los más brillantes logros tecnológicos, del átomo, la biología o la informática, si caen en una utilización centralizadora, manipuladora, dominadora, alienante. «La ciencia occidental, y muy especialmente sus aplicaciones tecnológicas, parecen destinadas únicamente a conseguir mantener a raya a los 4.000 millones de hambrientos que hay en el mundo, a cambio de la supremacía de sólo quinientos millones de occidentales», afirma Roger Garaudy. Por ello, semejante modelo de desarrollo no es universalizable, porque únicamente es viable mediante la explotación de nueve décimas partes de la humanidad a manos de una décima parte. La cara del modelo occidental de crecimiento implica indisociablemente la cruz del modelo de subdesarrollo forzado para el mundo extraoccidental. El subdesarrollo de las mayorías no es en absoluto un retraso, sino la condición indispensable del desarrollo eurooccidental. Lacerante verdad, que muchos privilegiados se resisten a reconocer.

Es la constatación del fracaso de un proyecto que se creyó racional, cuya pretensión omnicomprensiva y redentora universal acabó en descrédito. Una antropología filosófica de cuño europeo, autoproclamada universal, queda en entredicho ante los avances de la antropología sociocultural y a la vista del acontecer mismo de los hechos históricos, arrastrando consigo, en su ruina, las utopías emancipadoras que la justificaban moralmente. Como sostiene Stuart Hampshire, «Mill pertenece junto con Marx a la época de la antropología filosófica, que empieza con Rousseau y que terminó, o debería haber terminado, con la ascensión de los nazis al poder: digo 'debería haber terminado' por haberse probado tan inadecuadas las teorías predominantes del cambio social, ya liberales ya marxistas, ante los hechos del nacionalsocialismo y del fascismo» (25). Esos análisis a gran escala, de alcance presuntamente universal, pero con base restringida a nuestra peculiar razón, han dejado de ser fiables. El imperialismo especulativo va de la mano con el económico y político.

En los términos de la denuncia de Claude Lévi-Strauss, en El pensamiento salvaje, la razón de Occidente, razón histórica, se dedica a una especie de «canibalismo intelectual» (26), mucho más repugnante que el otro. Tal vez --añadiríamos-- el penúltimo refugio de la intolerancia y la inquisición, lo que lleva el contrasentido de tal razón hasta el extremo.

Al haber concebido la razón propia, etnocéntrica, como fundamento de la libertad, el occidental tenía a mano la legitimación más rotunda y «altruista» de la colonización del otro. Pues, si ahí radica la libertad, conformar a los otros con esta razón --supuesta universal-- es nada menos que la condición de posibilidad para hacerlos «libres»... Error óptico y político, hoy al descubierto, aunque no se quiera ver. La razón etnocéntrica, armada con todos los aparatos de control y coacción, en vez de liberar, infunde el terror y lo ejerce necesariamente. Ha traído al mundo el analogatum princeps de todo terrorismo: el terrorismo institucional, del que todos los demás no son sino imitaciones artesanales, derivadas de él.

Así, la razón occidental hace triste honor a su apellido; es una razón occidente, razón que mata (del latín occidere, que, en su forma transitiva, significa matar). Pervertida en meramente computante, instrumental, organiza objetivos operativos, con eficacísimos medios que se trastornan en incuestionables fines, sin finalidad humana.

La razón extraviada de sí camina a la sinrazón, a lo más abominable. Su destino aciago lo expresaba vigorosamente, hace algún tiempo, el escritor Antonio Gala: «Lo que más odio en este mundo --acaso lo único que odio--, porque no lo comprendo, es la sinrazón. El diccionario de la Academia la define con suficiente claridad: 'Acción hecha contra justicia y fuera de lo razonable o debido'. La sinrazón suele llevar consigo el empecinamiento en el error, el cerrojazo contra cualquier actitud reflexiva, la resistencia a la más remota posibilidad de cambiar de opinión. Todas las actitudes por las que siento una invencible antipatía, en el estricto y grave sentido de la palabra, nacen de aquella actitud. Y las adoptan siempre personas cuya mente es rígida e impenetrable como un muro de piedra; personas que, si no piensas como ellas --si es que ellas piensan--, te endosan el sambenito de enemigo mortal. El fanatismo de toda laya, por ejemplo, procede siempre de la falta de razón: de una razón no ejercitada y, sin embargo o por eso, segura de sí misma hasta el disparate. Y no es otra tampoco la causa del terrorismo; de cualquier terrorismo, porque creo que hay bastantes: todo gesto que persiga producir el terror, lo consiga o no, lo es» (27).

¿Dónde queda la universalidad de la razón ilustrada y la omnipotencia benefactora de su instrumentación técnica para proporcionar abundancia y libertad a todo hombre? Falsas promesas. Esa «racionalidad» se ha ido traicionando a sí misma y, al desencadenar tanta sinrazón, su miseria racional comparte la culpa de la miseria real.



Notas

(1) René Descartes, Meditaciones metafísicas (1641).

(2) Immanuel Kant, Crítica de la razón pura (1781); Crítica de la razón práctica (1788); Crítica del juicio (1790).

(3) Georg W. F. Hegel, Fenomenología del espíritu (1806-1807).

(4) Claude Lévi-Strauss, Conversaciones..., por Paolo Caruso. Barcelona, Anagrama, 1969: 23.

(5) François Châtelet, «Reflexión sur l'anthropologie», en L'anthropologie. París, Marabout, 1974: 628-635.

(6) Véase, por ejemplo Max Horkheimer (y Theodor W. Adorno),Dialéctica del iluminismo. Madrid, Taurus; y Crítica de la razón instrumental. Buenos Aires, Sur, 1973. También Kurt Hübner, Crítica de la razón científica. Barcelona, Alfa, 1981.

(7) François Châtelet, loc. cit.: 638.

(8) Louis Althusser, La revolución teórica de Marx. México, Siglo XXI, 1973: 203.

(9) Ibídem: 205.

(10) Michel Foucault, Las palabras y las cosas. México, Siglo XXI, 1968: 333.

(11) Henri Lefèbvre, Hacia el cibernántropo. Barcelona, Gedisa, 1980: 70.

(12) Ibídem: 111.

(13) Ibídem: 115.

(14) Maurice Godelier, Antropología y economía. Barcelona, Anagrama, 1976: 294.

(15) Ibídem: 295.

(16) Claude Lévi-Strauss, «Cómo funciona el espíritu de los hombres», entrevista con R. Bellour, El libro de los otros. Barcelona, Anagrama, 1973: 27-31.

(17) Claude Lévi-Strauss, El futuro de los estudios del parentesco. Barcelona, Anagrama, 1973: 58-62.

(18) Claude Lévi-Strauss, Anthropologie structurale deux. París, Plon, 1973: 300. En este punto es tratado en Pedro Gómez García, La antropología estructural de Claude Lévi-Strauss. Madrid, Tecnos, 1981: 201-204.

(19) Recuérdense los desarrollos de Emmanuel Lévinas en Totalidad e infinito. Salamanca, Sígueme, 1977.

(20) Cfr. Ivan Illich, Energía y equidad. Barcelona, Barral, 1974; La convivencialidad. Barcelona, Barral, 1974; Némesis médica. Barcelona, Barral, 1975; «Alternativa al desarrollo», El viejo Topo, 44, 1980: 5-10. Jean Pierre Dupuy y Jean Robert, La traición de la opulencia. Barcelona, Gedisa, 1979. André Gorz, Ecología y política. Barcelona, El Viejo Topo, 1980; Ecología y libertad. Barcelona, Gustavo Gili, 1979.

(21) Tesis desarrollada por Lévi-Strauss en Anthropologie structurale deux: 365-371.

(22) Juan. A. Estrada, La teoría crítica de Max HorkheimerDel socialismo ético a la resignación. Resumen de tesis doctoral. Universidad de Granada, 1981.

(23) Ibídem: 15.

(24) De su intervención en la 5ª Conferencia Parlamentaria y Científica del Consejo de Europa, celebrada en Helsinki, reseñada por el diario El País (4 y 9 de junio de 1981). En la misma línea de pensamiento, pueden verse sus obras: Una nueva civilización [1976]. Madrid, EDICUSA, 1977; Appel aux vivants. París, Seuil, 1979; Promesas del Islam [1981]. Barcelona, Plantea, 1982; también, la conferencia que pronunció, en Sevilla, el 30 de enero de 1982 (reproducida en la revista Comunidades, nº 18, marzo 1982: 4-9).

(25) Stuart Hampshire, «La unidad de la sociedad civil y de la sociedad política», Cuadernos Teorema, Universidad de Valencia, 1976: 37.

(26) Claude Lévi-Strauss, El pensamiento salvaje. México, FCE, 1964: 337.

(27) Antonio Gala, «La sinrazón», de la serie «En propia mano», publicada en El País semanal, 1981.



Resumen

Para criticar la antropología occidental. 2. Miseria de la razón, razón de la miseria 

Este artículo continúa el examen crítico de la racionalidad occidental, tanto en la vertiente del subjetivismo como en la del objetivismo. Ambos desgarran la razón y el pensamiento, conduciendo a consecuencias destructivas y homicidas. La razón desemboca en la sinrazón. Después de prometer la abundancia, ha traído la miseria para la mayoría de la humanidad.

Abstract

Criticizing Western Anthropology. 2. Misery of reason, reason of misery 

This article continues the critical examination of western rationality, as much in the slant of subjectivism as objectivism. Both rupture reason and thought, driving destructive and homicidal consequences. Reason ends in unreasonableness. After promising abundance, it has brought misery for most of humanity.

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